once

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Deki estaba en una gran batalla consigo mismo en decidir qué hacer, si esto hubiese ocurrido antes no hubiese dudado y ni estaría cuestionándose de qué hacer en ese momento, quedándose tieso ante la respiración pesada y la potente mirada del contrario, cuyos ojos habían cambiado a una expresión totalmente animal, primitiva; observandolo como si fuese una presa.

Se sentía incapaz de moverse por las miles de posibilidades que estaba contemplando en su cabeza, le paralizaba la imponente esencia de carne asada que emanaba del contrario, nublando sus sentidos. Su omega en su interior le rogaba que acepte aquel beso, que acorte cualquier distancia para saciar su apetito a los belfos carmines del Alfa, que probarlos sería suficiente para hacerlo saltar de alegría, que era suyo el momento y debía aprovechar.

Sin embargo, la voz de la razón le habló, se supone que todavía seguía sin perdonarle, ceder ante sus impulsos cómo le haría quedar frente al argentino, le daría la impresión que era dócil y demasiado tonto para detener al contrario si se acercaba de esa forma.

Pero Cristian estaba en celo, incluso si aceptaba acortar cualquier distancia nada de lo que suceda más adelante sería real, él no iba a besarlo porque lo quería realmente, si terminaban acostandose y él ayudándole en su celo, nada de eso tendría una carga emocional para el Alfa, porque ahora sólo estaba sucumbiendo a sus instintos.

Era difícil decidirse si se ponía a pensar en todos los factores. Debía pararlo ahora, o no, él realmente quería besarlo, lo ansiaba tanto, pero tenía un orgullo que mantener, una dignidad que proteger... Oh, al carajo.

Los labios gruesos de Cristian atraparon los suyos y todo raciocinio se extinguió, cualquier pensamiento hizo cortocircuito, sólo correspondió al beso sin importarle nada, quitando sus manos del volante, dejándose hacer ante el aroma que ahora llenaba toda la cabina, moviendo sus labios intentando seguir el compas desesperado y hambriento del Alfa, sobre él.

Dejan sentía una revolución de emociones llevándose a cabo en su pecho, el latir desenfrenado de su corazón y el creciente dominio de su Omega obligándole a sumergirse más en el toque pasional del contrario.

Las manos del Alfa subieron a sus mejillas para intensificar la cercanía, besando con descuido y lascivia, hasta que la bocina de un auto atrás suyo los despertó, las pupilas dilatadas volvieron a su estado natural, Deki quedó confundido sin procesar que realmente había besado a Cristian. En automático avanzó por la calle, apenas volviendo a la realidad. A su costado, recostado en el asiento de acompañante, estaba Cuti también en Shock por haberse dejado llevar por su Alfa, quedando con un problema en los pantalones, sudor en su frente, y respiracion acelerada.

El resto del tramo del viaje la pasaron en silencio, ninguno pronunció palabra hasta que el sueco estacionó frente a la casa de Cristián. El mayor no se bajó al instante, sino que se tomó un tiempo en volver a ver al Omega, quien lucía más pensativo que nunca.

"Perdón, Deki" Dijo de repente. El nombrado conectó su mirada cielo con el café de los ojos del argentino. "Perdón, en serio perdón. No pude controlarlarme, estaba cegado por mi celo y sé que tampoco es excusa, no sé que pasa que la sigo cagando contigo"

Deki iba a responder, se le cruzó decirle que no se preocupe, incluso confesarle que estaba dispuesto a ayudarle con su celo, su mente estaba totalmente nublada a pedir por más luego de haber probado aquello que tanto tiempo estuvo anhelando.

"Yo no te merezco, vos sos un gran amigo, me trajiste hasta mi casa y yo fui un animal, siempre termino siendo un idiota"

Amigo, al final Deki sólo era un amigo para Cristian.

Su omega se entristeció, se sentía rechazado, quería que ese Alfa tonto se diera cuenta y vea que estaba bien, que él quería seguir cuidandolo en su celo.

PAUSADA| You Belong with Me [sonny&cuti/deki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora