D.D.R [ABO]

Capítulo 22: He venido a marcarte

La persona que llamó fue Qi Yue. Qi Yue dijo que últimamente tenía los ojos secos y preguntó a Qi Xuan qué tipo de medicina ocular podía pedir para aliviarlos. En cuanto escuchó la voz de Qi Xuan, supo que había estado bebiendo y le preguntó si se había peleado con Ruan Xiao. Mientras murmuraba para sí mismo que el sexto sentido de las mujeres era espantosamente preciso, Qi Xuan mintió y dijo que no. La razón de su mentira era particularmente simple: salvar las apariencias. Ruan Xiao era la mayor fuente de frustración de su vida. La primera vez que alguien rompió con él, fue por culpa de Ruan Xiao. A sus ojos, Ruan Xiao era realmente difícil de tratar. También era la primera vez que le resultaba difícil relacionarse con la gente. No le resultaba difícil, aunque fuera malo con él y le regañara por no ponerle buena cara. Sin embargo, si Ruan Xiao quería distanciarse de él y mantenerlo en guardia, sería como un explosivo que hubiera estallado y ya no podría estar tranquilo. Qi Xuan podía estar tranquilo con todo el mundo, e incluso cuando se encontraba con la familia de un paciente, podía explicárselo pacientemente, una y otra vez. Sin embargo, Ruan Xiao era el único que no podía. Ni siquiera él sabía por qué.

Para ocultar su frustración, Qi Xuan decía mentiras. Qi Yue tampoco se quedaba atrás y era la que mejor conocía a su hermano. Siguió con una pregunta que había estado haciendo mucho últimamente, sólo que esta vez era más directa.

"¿Engañaste a tu esposa? ¿Con una omega?"

"Tienes una imaginación muy rica". Qi Xuan frunció el ceño con descontento y colgó el teléfono.

Ya era fastidioso hacer falsas acusaciones cuando uno no estaba de humor, y el hecho de que esta llamada no fuera de Ruan Xiao hizo que Qi Xuan ...... se sintiera un poco decaído.

"Hermano Xuan, ¿Qué pasa?" Le preguntó Qiao Dong.

"Nada", Qi Xuan volvió a ponerse su impecable máscara: "una botella de ron".

El estado del omega en su periodo era similar al de una fiebre, todo caliente y febril. Debido a que Qi Xuan le había mordido las glándulas esta tarde, Ruan Xiao sólo sentía ligeramente que le ardían las mejillas y le dolían los ojos. Apagó la luz y se acostó muy temprano.

Estaba acostado en la cama, pensando que le quitaría el sueño antes de que tuviera tiempo de dormir, pero no esperaba que su conciencia se volviera borrosa y delgada.

Quizás era el olor de Qi Xuan en la colcha, pensó Ruan Xiao. Antes de dormirse, inconscientemente enterró la cabeza bajo las sábanas, acurrucó su cuerpo como un bebé arropado en el cuerpo de su madre y respiró hondo. El olor a menta le tranquilizaba y le encantaba.

Pero lo que le despertó de nuevo fue el abrumador olor a alcohol, mezclado con algún perfume perdido. Nadie estaría de buen humor después de haber sido fantasma en mitad de la noche, por no hablar del hecho de que Ruan Xiao odiaba esos olores, todos los cuales había captado en otras personas. Su conciencia se fue despertando poco a poco y levantó la pierna para echar a Qi Xuan de la cama sin piedad, pero Qi Xuan mordió la glándula de la nuca de Ruan Xiao antes de que pudiera hacerlo. Ruan Xiao emitió un gruñido ahogado y entonces el calor de su cuerpo se calmó. Cuando los dientes salieron de su cuello, Ruan Xiao jadeó suavemente y luego tiró a Qi Xuan de la cama. Ruan Xiao le preguntó: "¿Qué haces aquí?".

Qi Xuan se sentó en el suelo con las piernas cruzadas, confundido por la pregunta de Ruan Xiao. Se rascó la cabeza y dijo, algo desconcertado: "...... ¿Ah? No lo sé ...... no me preguntes ...... realmente no lo sé ......"

"...... ¿Bebiste así y alguien te mandó de vuelta?"

"Oh, conseguí un chófer. Conduje durante dos horas, de este a oeste, hasta tu casa. Despedí al chófer, tu casa aquí es remota, no me eches".

Ruan Xiao se quedó en silencio en la oscuridad. Estaba a punto de decir algo cuando Qi Xuan se levantó de repente. Era como si a Qi Xuan se le hubiera ocurrido una idea brillante, sus ojos brillaron y sonrió con una sonrisa particularmente feliz. Dijo: "He recordado lo que he venido a hacer, voy a marcarte ...... Sí, he venido a marcarte".

Ruan Xiao se congeló por un momento, y luego esquivó bruscamente cuando Qi Xuan se acercó, permitiéndole abalanzarse.

"Será mejor que te despiertes. Cuando despiertes ......" Ruan Xiao hizo una pausa por un momento: "te arrepentirás de lo que acabas de decir".

Qi Xuan se quedó a un lado, sin saber lo que estaba pensando. Los dos hombres se enfrentaron durante un largo rato, y cuando Qi Xuan volvió a presionar, Ruan Xiao le apartó de un empujón.

"Hueles asqueroso".

"Voy a darme una ducha ...... Voy a darme una ducha ......", dijo Qi Xuan se desnudó mientras caminaba, y arrojó su abrigo a la puerta del dormitorio.

Ruan Xiao se sentó en la cama y escuchó el "traqueteo" del agua en el cuarto de baño, somnoliento. Sintió dolor de cabeza y sacó la banda para el cuello de la mesilla de noche. Me temo que cuando Qi Xuan dijo eso, estaba fuera de sí. No sólo le fallaron las palabras, sino que sus acciones tampoco fueron correctas. Si ocurría algo y le acusaban de ser un sucio bastardo, sería el propio Ruan Xiao quien se sentiría más avergonzado.

En unos instantes, un empapado Qi Xuan entró en el dormitorio con sólo un albornoz que le cubría holgadamente. Qi Xuan abrazó involuntariamente a Ruan Xiao. Ruan Xiao luchó, levantó la mano y le dio una bofetada en la cara, tratando de despejarle, cuando de repente se dio cuenta de que tenía la mano mojada. Ruan Xiao se quedó helado. Era Qi Xuan quien estaba llorando.

"Estoy atrapado en tus manos, Ruan Xiao".

Qi Xuan aprovechó el momento de aturdimiento para irrumpir y agarrarlo con fuerza. Ser aceptado y abrazado por Ruan Xiao le hizo sentirse en paz. Ruan Xiao no es solo la fuente de su frustración, sino también la fuente de su sentido de pertenencia.

"Estoy jodidamente atrapado". Qi Xuan murmuró y repitió de nuevo.

Usted plantó el infierno. Sabes cuántos reyes, cuántos doses y cuántos comodines tienen los demás. Siempre ganas , has plantado fantasmas Ruan Xiao juró.

Las pupilas de los ojos de Ruan Xiao eran tan brillantes como la obsidiana en la oscuridad, y los pocos indicios de resentimiento que había en ellas le hacían parecer más vivo y agresivo. Qi Xuan estaba claramente descontento con su resistencia, pero también más excitado, y bajó la cabeza para morder la boca de Ruan Xiao. La boca de Ruan Xiao se rompió, y saboreó el dulce olor de la sangre y el sabor salado de las lágrimas. Al cabo de un momento, otra lágrima cayó sobre su mejilla, y por un momento Ruan Xiao la confundió con sus propias lágrimas.