D.D.R [ABO]

Capítulo 51: Accidente fuera del hospital

El paciente sigue en coma y éste es el cuarto día. El único hijo del anciano, Liu Changlin, nunca ha acudido al hospital, salvo el día de la operación, cuando armó un escándalo, y sólo ha encontrado una compañera para cuidar de su padre en coma. Liu Changlin se negó a pagar honorarios o a comunicarse con el hospital. Estos días ha sido entrevistado por varios medios de comunicación. El público tiene el instinto de compadecerse de los débiles, mientras que tiende a decidir que, si la persona no se salva, debe haber un médico culpable. Debido a la sobreactuación de los medios de comunicación y a la valorización heroica de los médicos, la gente sólo puede aceptar el milagro de arrebatar la vida a la muerte, pero no puede soportar el ineludible arrepentimiento.

Las lágrimas de Liu Changlin fueron conmovedoras. Dijo que, cuando trajeron a la gente al hospital, estaban bien, y una vez que operaron a Qi Xuan, su padre no despertó hasta ahora.

La enfermera en prácticas que participaba en la operación en aquel momento vio el silencio de Qi Xuan y no pudo evitar persuadirle: "¡Dr. Qi, ha hecho una operación especialmente bonita y la ha llevado a cabo de forma especialmente oportuna! El paciente no estaba bien a su edad y tenía la tensión baja después de perder sangre, por eso se desmayó. No se puede decir que esto sea culpa tuya. Ni siquiera un médico divino puede salvar a todo el mundo".

"Lo sé." Qi Xuan le sonrió.

Era pleno invierno y oscurecía pronto. A través de las puertas de cristal, Qi Xuan vio una multitud de periodistas en la entrada principal de Renkang, giró sobre sus propios pasos y tomó la pequeña puerta de un lado. Al no ver a nadie en la puerta, Qi Xuan respiró aliviado y sacó su teléfono para llamar a Ruan Xiao y preguntarle dónde estaba ahora y si debía recogerle.

"¡Ha salido! Te dije que iría por la puerta pequeña".

En cuanto escuchó la voz, Qi Xuan se puso alerta y colgó con decisión.

"¡No mereces ser médico!"

"¡Vuelve a ser un niño rico! ¡No salgas a causar problemas si no eres capaz!"

"¡Médico charlatán!"

Estaba oscuro, pero las farolas seguían encendidas. Qi Xuan esquivó los objetos que le lanzaban, escuchándolos golpear el suelo detrás de él con un sonido "crepitante", como una tormenta de granizo. Pero por muy ágil que fuera, las mangas de la camisa de Qi Xuan quedaron medio salpicadas por el líquido maloliente al caer sobre él.

Qi Xuan frunció el ceño y, en ese momento, una luz intermitente llamó su atención. De repente, el teléfono móvil del bolsillo de su chaqueta zumbó y vibró sin cesar.

El teléfono de Qi Xuan no funcionaba.

Ruan Xiao dejó de obsesionarse con la llamada y editó un mensaje para Qi Xuan. Antes de que el mensaje pudiera ser enviado, el mensaje de Qi Xuan llegó primero.

Ahora mismo no estoy preparada para contestar al teléfono. ¿Qué tal una cena a la luz de las velas mañana y cangrejo de río hoy?

Ruan Xuan se quejó de la idea de Qi Xuan. Acababa de discutir los siguientes pasos con su equipo jurídico y se dirigía al hospital cuando llamó a Lu Xinze para pedirle un favor. Entonces vio una llamada perdida de Qi Xuan y volvió a marcar, pero no pudo comunicarse.

Recibió otro mensaje nuevo. Cariño, ve a por los cangrejos a la calle China del Sur.

No quiero comer cangrejos de río. pensó Ruan Xiao. Pero pensando en cómo Qi Xuan se empecinaba en pelar cangrejos de río como muestra de encanto personal, lo dejó estar para diversión de Qi Xuan. Ahora había un círculo de periodistas delante de la casa de Qi Xuan, y él no podía volver a casa. Viendo que había caído en desgracia y no tenía casa a la que volver, a Ruan Xiao le daba pereza molestarlo.