16.

1K 62 4
                                    




ALY.

Por fin había llegado el día de salir del hospital, mi pierna y mi clavícula ya no dolían, aún tenía que tomar medicamentos pero sólo sería por unos días. Todo lo demás en mí estaba bien, en cuanto a mi pérdida de memoria, me habían hecho estudios pero todos resultaban en buen estado, pues claro, estaba mintiendo. El doctor había dicho que posiblemente fue una pequeña contusión y pronto regresarían los recuerdos.

Tom llegó por mí en la tarde, estaba arreglando últimos detalles para quedarnos con Bill unos días, me ayudó a vestirme y me llevó en la silla de ruedas al auto. Salimos por la puerta de atrás, en frente había muchos reporteros y paparazzis. Se había corrido la noticia que aún seguimos juntos, no sé mucho de lo que se dice, pues no he querido investigar, pero supongo no son cosas lindas.

Mi manager me ha dicho que no me preocupe, que una vez más recuperada podré dar un comunicado y aclarar las cosas. Estaba bien con eso pero no le veía el caso, era dar explicaciones que no se merecen, la gente siempre va a hablar. Me dijo también que mientras tenga la pierna incapacitada puedo hacer otros proyectos que no requieran caminar. Iba a terminar el proyecto de la fragancia nueva, donde sería imagen que se pospuso por el accidente, pero una vez pueda viajar iría ahora sí a Francia.

Una vez en el auto Tom empezó la conversación. 

— Escucha Aly, tengo que decirte algo, es la razón de que ayer estuviera tan distante y ajeno a las platicas. — dijo mientras conducía. — pero este no es el lugar adecuado, cuando lleguemos a casa de Bill hablaremos como se debe.

Asentí pero no dije nada, me había tomado de sorpresa que lo haya mencionado. En todo el transcurso no dijimos nada, sólo se oía la música del radio, pero no fue un viaje incómodo, sólo silencioso.

Llegamos a casa de Bill, Tom me había conseguido una silla de ruedas para que fueran más fáciles mis traslados, además de que no quería que me cargara siempre, no era justo para su espalda, él decía que no le molestaba pero yo me sentía incómoda. Entramos al departamento y Bill nos recibió con mucho entusiasmo.

— Que bueno que ya llegaron, estoy justo terminando la cena, los chicos ya vienen, los invité para estar todos juntos.

— Gran idea Bill, hace mucho no los veo y los extraño también. — dije mientras me quitaba el abrigo, Tom los puso en un perchero por la entrada. — ¿Qué cocinas?

— Hoy quise hacer muchas cosas, hay pasta, algo de carne, ensaladas, puré, y también hice una tarta, vamos a celebrar que por fin estás en casa. — dijo mientras me daba un abrazo.

— Eres muy considerado Bill, no sé como agradecerte todo lo que haces por mi, de verdad. — dije mientras lo miraba, ambos sabíamos que hablaba de su apoyo en toda esta situación, por un segundo pensé en decirle que estaba fingiendo pero no, es mejor así. — Amor, estás muy serio, ¿todo bien? — le pregunté a Tom, él estaba algo alejado de nosotros.

Los tres estábamos en la cocina, Bill estaba terminando de arreglar los últimos detalles de los platillos, yo estaba en la silla de ruedas a un lado de la isla y Tom estaba recargado en la barra.

— Sí, lo siento, es que estoy pensando en la gira, no quiero dejarte sola. — me miró tierno.

— No te preocupes por eso, podemos contratar a alguien para que me ayude, anda cambia esa actitud. — dije mientras estiraba mi mano hacia él, la tomó y dejó un beso sobre ella.

— Está bien. — me regaló una media sonrisa.

Sé que las cosas no están bien, esto no durará mucho. Es cuestión de tiempo para que todo salga a la luz, no sé porqué seguimos prolongando esto, supongo que ambos tenemos miedo de estar solos. Nos tratamos de aferrar al pasado, a la idealización de una relación perfecta, pero la nuestra ya estaba muerta, sólo tenemos que darnos cuenta.

Bad Love ● Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora