Pasaron varios días. Masi y sus hijos se instalaron en otro descampado al lado de la carretera. Era en el pie de una colina, una carretera un tanto peligrosa si ibas con prisa, pero estando en un apocalipsis no habría mucho tráfico para que hubiera algún accidente.
El agua escaseaba y Masi, por más que no quisiera, tenía que ir a buscar agua dejando a sus hijos solos en la caravana.
Le costó convencerlos, no querían que se fuera como era obvio, pero al final
accedieron quedándose encerrados en la caravana.Con ayuda del mapa fue con botellas grandes de plástico, transportándolas dentro de una bolsa de compra lo suficiente grande como para que entrasen todas, hacia un río no lejos de donde estaban. Lo malo es que hacía colina, por lo tanto, bajar fue arriesgado y subir de nuevo un suicidio. Pero no tenía otra opción, debía encontrar agua para sobrevivir. Con el peso en su espalda de las botellas fue escalando por la tierra pasando entre ramas y plantas. Casi más de una vez se resbala y cae hacia atrás, estaba por rendirse, pero imaginarse a sus hijos solos en un mundo como ese le dio fuerzas para subir.
Tras varias horas llegó de nuevo al descampado. Estaba sudada y llena de tierra, le dolía la espalda, las manos y las piernas. Pero todo eso desapareció al ver a su hijo apuntando a dos desconocidos.
- ¡Asier! - Echó a correr hacia el niño soltando la bolsa en el proceso. Al llegar a su lado lo abrazó quitándole el arma.
Su hijo se puso a llorar y ella lo lleno de besos sin apartar la mirada de ambos extraños.- Ve con tu hermano.- El niño asintió entrando a la caravana. Masi se levantó con el arma en la mano y les apuntó.
- ¡Tr-tranquila! ¡No veníamos a hacer ningún daño! - El chico asiático se le notaba nervioso.
- ¿De dónde venís? - Preguntó sería. Su aspecto demacrado y sucio le daba una imagen intimidante.
- Estamos con nuestro grupo, subiendo la colina, cuando vimos a un niño solo. Queríamos ver si estaba bien.- La mujer negra estaba tranquila, al menos lo aparentaba.
Masi los miró, iba a decir algo más, pero una voz sonó en el bolsillo del chico.
- ¿Glenn, Jacqui? ¿Todo bien?
Ambos miraron a Masi, ella solo asintió. Glenn agarró el walkie-talkie y contestó.
- Estamos bien, Rick.
Oír ese nombre le dio un vuelco el corazón.
- ¿Qué está pasando?
Incluso la voz es parecida.
- Dile que venga.
- ¿Perdona?- Preguntó Glenn.
- Rick, que baje hasta aquí. Es el líder no?
- Bueno, emmm...
- Que baje.
Glenn volvió a hablar.
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The Walking Dead || Daryl x Oc
FanfictionUna madre y sus dos hijos, de 11 y 6 años, se enfrentaran a una nueva realidad con las mismas respondabilidades pero con mas peligros.