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Septiembre del 2001

Al cabo de una hora solo le dio tiempo a configurar el ordenador, leerse dos informes por encima y a colocar una foto en su escritorio. Estaba muy nervioso, era consciente que la gran mayoría de casos eran ''comunes'' dentro de este mundillo, sin embargo había otros que podían superar hasta sus peores pesadillas. 

Llegó una pareja al poco tiempo, de dos hombres muy pintorescos según Denki, el primero tenia el pelo largo negro y se veía bastante desaliñado y el segundo era rubio y tenia el pelo aun más largo que el anterior, sin embargo vestía de marca. O eso creía hasta que se sentó en frente suya y en su camiseta ponía Gaing Claing, en vez de Calvin Klein. 

- Buenos días soy Denki Kaminari, que se les ofrece. - le dio la mano a cada uno.

- Sentimos por aparecer sin avisar, pero estamos muy preocupados por nuestro hijo. - dijo el rubio.

- Creemos que ha tenido una recaída. - habló ahora el contrario como si supiera Denki de lo que estaban hablando.

¿Recaída de que? 

Sonrió e hizo lo que mejor se le daba haber, improvisar. 

- Así vuestro hijo es Monoma verdad. 

- Se llama Shinsou Hitoshi. - carraspeó el moreno. 

¡Se había equivocado de informe. Justo el que no había leído!

- Ah, si. Cuéntenme, ya saben con tanto papeleo es difícil no mezclar los nombres. - rio con notorio nerviosismo. 

- ¡Mire señor Kaminari nuestro hijo ha desaparecido! - chilló el rubio afligido, haciendo que los demás trabajadores y clientes los miraran. 

- No responde a nuestras llamadas, desde hace dos días. - continuó su pareja.

Dejó de escribir en el ordenador para mirar a la pareja de reojo. 

- Señores, esto no es una comisaria. - sentenció serio, parecía una cámara oculta, sentía que se estaban riendo en su cara. - además. - añadió. - ¿Cuántos años tiene su hijo?

- Nació en 1976. 

Si definitivamente esto debía ser una broma, ¡Con lo mal que se le daban las matemáticas a Denki! Tanto que en sus 23 años de trayectoria escolar no había aprobado ningún examen de esa materia. 

- Emm señor... - miró los papeles de reojo mientras hacia la cuenta de los años que tenía Shinsou en un posit. - Aizawa. - su hijo ya tiene 25 años. 

Ambos lo miraron extrañados.

- Debo hablar personalmente con él, así que si son tan amables de darme su número de teléfono para poder contactar con él. - sentenció airado.

- No lo va a conseguir.

- Si no, llamare a una patrulla y que la justicia se encargue de esto. - sonrío forzosamente.

Al final el rubio dictó el número de teléfono de su hijo mientras Denki lo apuntaba en otro posit y lo pegaba a la pared. 

- Les iremos informando. 

La pareja deseaba seguir hablando con él pero este les estaba echando de una manera muy poco cordial.

Suspiró y hecho la cabeza hacia atrás no le extrañaba que el tal Shinsou respondiera a las llamadas de sus padres. Menuda pesadilla y eso que solo ha conversado con ellos 30 minutos.

El reloj marcó las seis en punto de la tarde y después de toda una mañana atendiendo casos e intentando memorizar expedientes, decidió llamar a Shinsou Hitoshi, ya que los padres de este no paraban de hacer llamadas al departamento y las líneas es...

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El reloj marcó las seis en punto de la tarde y después de toda una mañana atendiendo casos e intentando memorizar expedientes, decidió llamar a Shinsou Hitoshi, ya que los padres de este no paraban de hacer llamadas al departamento y las líneas estaban colapsando. Marcó el número de dicho sujeto con el teléfono de su escritorio, ya que no se les tenia permitido usar el suyo personal.

Un pitido, dos, tres... Cuando estaba apunto de colgar pero el otro lado descolgó.

- ¿Diga? - preguntó una voz muy ronca y grabe. 

Haciendo que Denki se pusiera nervioso.

- Buenas tardes es usted Shinsou Hitoshi. - el otro lo corroboró. - ¡Perfecto! Vera soy Denki Kaminari de la oficina de servicios sociales, sus padres han venido esta mañana buscando su paradero. 

Shinsou suspiró avergonzado. 

- Lo siento mucho si han hecho el ridículo, me disculpo de su parte. 

- Bueno, el caso es que debe venir para actualizar su seguimiento ya que sus familiares aseguran que ha tenido una recaída y su expediente no ha sido revisado desde hace 8 meses. 

- Debo ir verdad. - inquirió con resignación

- Si, claro, pero puede venir cuando usted quiera. - aconsejó amable.

- Iré hoy, cuando puede recibidme. 

- Cuando quiera.

- Deme 40 minutos. Adiós muchas gracias. 

Denki, quedó petrificado. Con lo feo que estaba hoy, según él.

Happiness [Shinkami]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora