O2.

2.2K 170 94
                                    

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

Pasar un día entero acompañando a la hija del presidente había resultado más ameno de lo que imaginé. Ashley Graham no solo era una joven simpática y adorable, sino también una chica profunda y demasiado interesante.

Durante la comida, ella me habló de algunos detalles que hasta la fecha desconocía. Desde como fue su secuestro al salir de la facultad, como su nada envidiable estadía en Valdelobos. Lo cual, me hizo ver que en realidad, necesitaba de un muy buen dispositivo de seguridad a cargo de ella para que algo como eso no se volviera a repetir.

Y de paso, mis vacaciones no volvieran a ser postergadas.

El resto de la tarde, compartimos algunas otras anécdotas, viéndome en la necesidad de reservarme más de un detalle que podría terminar por traumatizarla aún más de lo que ya lo estaba, aunque, por otro lado, me vi obligado a responder algunas preguntas de índole personal.

—Y dime, Leon... —murmuró la atractiva joven, posando sus curiosos azules en mí —La mujer que nos ayudó en aquella isla...

Joder.

Luchando por no mostrarme incómodo, tomé uno de los peluches que decoraban aquella elegante habitación. Para estar en sus veintes, Ashley Graham aún tenía un alma de lo más infantil, lo cual me resultaba en verdad adorable.

—¿Qué pasa con ella? —pregunté, apretando la afelpada pata de aquel perro u... ¿Oso? Bah, lo que sea que fuese esa cosa.

—Bueno, me dio la impresión de que la conoces muy bien —el tono de Ashley era suave aunque inquisitivo —. ¿Es una antigua colega o...?

—Es quien me ayudó a derrotar al malparido de Saddler. —viré el rostro hacia ella, mostrándole una no del todo sincera sonrisa —. Dejémoslo así.

Ashley parpadeó un par de veces, sentándose en el borde de su cama mientras tomaba una almohada y se abrazaba a ella, suspirando.

—Bien —dijo sin más, torciendo sus labios en un adorable puchero.

—¿Hueles eso?

—¿Qué cosa?

—Huele a berrinche.

—¡Y tú hueles a amargado!—exclamó, lanzando su almohada hacia mí. Por fortuna, el gato en mi mano amortiguó el golpe.

—¡Oye!—protesté—. Pudiste haber lastimado a don gato.

—Es un mapache, dramático.

𝚃𝙸𝙴𝙼𝙿𝙾 𝙴𝚇𝚃𝚁𝙰  // Leon x Ashley. 𝚁𝙴4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora