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Los rayos del sol se filtraban a través de las cortinas que colgaban del inmenso ventanal

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Los rayos del sol se filtraban a través de las cortinas que colgaban del inmenso ventanal. Afuera, el cielo lucía despejado y el canto de las aves alentaba a que alguno que otro perro ladrara con ímpetu.

Aún así, nada de eso parecía importarle al agente, quien, luego de transcurridas dos semanas desde su última misión, se había atrincherado a cal y canto en su departamento, acompañado únicamente de su comunicador, malas películas policiacas y una buena reserva de alcohol.

Para cualquiera que lo conociera, no le resultaría ninguna novedad aquel extraño comportamiento. Sin embargo, esta vez, había algo diferente en todo ello, siendo su recurrente vértigo una de las principales razones de su aislamiento.

Los estudios a los que fue sometido indicaron no haber rastro alguno de "Las plagas" en su organismo. Aún así, el estrés post traumático y las recurrentes pesadillas habían terminando por joder su cabeza, viéndose obligado a refugiarse en la misma rutina a la que solía recurrir cada vez que pasaba por esa clase de eventos.

Y, aunque conocía las consecuencias, no podía imaginarse a sí mismo trabajando en otra cosa.

«Espero que Ashley se lo esté tomando mejor». Pensó, esbozando una leve sonrisa al instante.

¿Como no podría llevarlo mejor? Al ser la hija del presidente, tenía a su disposición los mejores médicos, los mejores psicólogos, las mejores distracciones y, sin lugar a dudas, al mejor dispositivo de seguridad al tanto de ella. Y si bien, Ashley Graham contaba con apenas 20 años de edad; había demostrado lo fuerte y perspicaz que podía llegar a ser.

De un momento a otro, el sonido de una llamada entrante lo trajo de vuelta a su absurda realidad. Frustrado, Leon alcanzó el aparato, viendo las iniciales "I.H" en la pantalla y, de no ser porque le debía más de un favor a la atractiva morena, habría ignorado por completo la llamada.

—Aquí Leon —respondió de forma automática, percibiendo una leve risita por parte de su compañera al otro lado de la línea.

—Tranquilo Kennedy, no estás en servicio.

—Justo eso pensé antes de responder —Ironizó, incorporándose hasta quedar sentado en el borde del colchón. —¿Qué sucede, Hunnigan?

—"Aguila calva" quiere verte —Hizo una pausa, dando un corto trago a su café —. Mientras más pronto sea, mejor.

—Creí habías dicho que no estoy en servicio.

—Y no lo estás —recalcó, haciendo que el agente arqueara una de sus cejas —. Por ahora.

—Qué linda eres —Resopló, levantando la mirada al techo —Aunque eso explicaría porque has decidido contactarme a mi número personal y no al comunicador.

—Oh, eso es porque paso de ver tu cara de resaca un martes por la mañana.

—Qué bien me conoces.

𝚃𝙸𝙴𝙼𝙿𝙾 𝙴𝚇𝚃𝚁𝙰  // Leon x Ashley. 𝚁𝙴4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora