Una furia descargada (Dragon ball)

34

Capítulo 34: Lo que sea necesario
Una furia sin carga

Capítulo 34: Lo que sea necesario

Se aferró a la taza de café con un agarre apretado. Habían pasado unas pocas horas desde que llegó al pasado y su mente todavía estaba tratando de procesarlo todo. Parecía que todo era un sueño del que aún no se había despertado. Respiró los olores muy perdidos de su casa Capsule Corp.

Todos estaban aquí parados y tratando de no mirarla boquiabierta. Oh Kami, los extrañó a todos y la vista de los rostros preocupados de los Z Fighters amenazó con hacerla llorar, pero se limpió las lágrimas antes de que comenzaran nuevamente las obras hidráulicas. Ella había hecho suficiente de eso por ahora.

Fue Goku quien rompió el silencio como era de esperar.

"Uh, Bulma, ¿puedes decirnos qué pasó? ¿Por qué pareces mucho mayor?"

Raditz rápidamente le dio una palmada en la parte posterior de la cabeza de su hermano menor, que recibió un grito indignado. "No solo te levantas y haces ese tipo de preguntas, idiota." Honestamente, fue impactante que el Saiyajin hubiera encontrado una esposa cuando tenía tan poco tacto.

Bulma se rió entre los dos. Fue refrescantemente juguetón en comparación con el de ella y el de Broly. Su sonrisa cayó al pensar en el ahora enterrado Saiyan.

Piccolo dio un paso adelante, una mirada pensativa en la cara seria de Namekian. "Tan contundente como fue Goku, preguntó qué teníamos en mente. La última vez que te vimos, fuiste enviado al espacio en una de las naves de Slug."

Bulma dejó la taza mientras los recuerdos de ese incidente volvían a la vanguardia de su mente. Ella había pensado que Slug y su tripulación serían los seres más terroríficos que visitarían la Tierra en ese momento. ¿Por qué no lo haría ella? Era una versión más fuerte e imponente del rey Piccolo. Ella escaneó sutilmente entre el grupo para ver a Gohan en la parte posterior que intentó hacerse invisible. Curioso pero no queriendo involucrarse después de su muerte y su posterior avivamiento.

Pero demostró ser mortal. Hubo un final para Lord Slug. No había tal cosa cuando se trataba de los androides que plagaron su regalo. Su futuro también debería fallar aquí.

"Intentaré hacer esto rápido." Tocó sus dedos sobre la mesa por unos momentos mientras reunía sus pensamientos. "No soy tu Bulma."

Todos se miraron confundidos. Su Bulma? Había más de uno?

"Bueno, yo soy pero no el que conoces ahora. Soy de veinte años en el futuro." Su tono se oscureció. Ella nunca pensó realmente en cómo entregar el mensaje. Estaba tan concentrada en llegar aquí que nunca pensó en cómo convencerlos una vez que estuvo aquí. "Dentro de seis meses, la tierra será invadida por un conjunto de androides. Son horribles monstruos mecánicos creados por el ex científico de Red Ribbon, el Dr. Gero."

Nappa se burló cuando cruzó los brazos, con una mirada claramente escéptica en su rostro. "No me digas que nos aniquilan algunas pilas de chatarra."

"No, en realidad. Los golpeaste pero apenas." Su garganta se sintió seca, así que tomó un sorbo de su café tibio. Era débil y lechoso, pero fue maravilloso. El breve respiro terminó y ella respiró con dificultad. "Pero solo eran exploradores. La verdadera fuerza invasora no pasa mucho tiempo." Ella hizo una breve pausa. Los recuerdos brillaban frente a los ojos de su mente. Tanta muerte. "Nunca tuvimos una oportunidad. En cuestión de horas, todos estaban muertos y la tierra fue subyugada por Gero."

Ella se limpió los ojos. Lo peor ya había terminado y aún estaba por llegar.

"Gero había llegado a obtener el control de la toma de fuerza, por lo que su alcance se extendió hasta los extremos de la galaxia. Han pasado veinte años corriendo y escondiéndome."