Loyalty | Suguru Geto × T/N | +21

[Capítulo 19]

HOLAAAAAAAAAAASSSSSS

Perdón por no actualizar seguido, hoy me han operado de un pie y pues no he tenido mucho tiempo.

Os amo caras de huevo y aunque no lo creáis, capítulo corregido.

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POV T/N

Abrí los ojos con pesadez, mi cabeza daba vueltas y era incapaz de enfocar la vista. Me incorporé sobre la cama, dándome cuenta de que había algo, bueno, alguien, a mi lado.

Sukuna dormía como un bebé. Tenía su brazo sano bajo su cabeza, mientras que el otro descansaba sobre su vientre.
Solté un largo suspiro de cansancio y me puse en pie, sintiéndome más ligera de lo normal. Observé mi cuerpo, estaba semidesnuda, solo me tapaba la ropa interior.

-Genial -solté con sarcasmo.

Entré al baño y me di una ducha rápida para despejarme. Al salir, me vestí y me aseé, empapando mi cuerpo en perfume y cremas. Me puse un chándal gris sencillo y salí del baño, encontrándome cara a cara con Sukuna.

-Buenos días -intenté contener mi risa al ver su cara, todavía seguía medio dormido.

-Mmm -se frotó la cara-Buenos días, princesa -dejó un beso fugaz en mis labios.

Solté una risa tímida por el gesto -Venga, vamos a desayunar de una vez - le señalé la puerta con un movimiento de barbilla.

-Primero voy a ducharme -informó mientras ya estaba entrando en el baño.

-Llegarás tarde al desayuno y Toji te regañará -advertí mientras abría la puerta de mi habitación para salir.

-Que me la mame el viejo ese de mierda, algún día pagará por lo de mi brazo, te lo aseguro -amenazó.

-Vaya tío -comenté mientras cerraba la puerta. Que haga lo que quiera, no me importaba en absoluto.

Bajé las escaleras sin prisa, iba bien de tiempo, así que me tomaría las cosas con calma por hoy.

Escuché como la puerta de Megumi se abría a mis espaldas, pero lo ignoré. Si hablaba con él, seguramente acabaría arrancándome el pelo, por tener que contener las ganas de pegarle un puñetazo.

Me adentré en la cocina hasta llegar a mi parte favorita de la casa: la despensa. Agarré mis galletas con pececitos dibujados y me hice un café.

El aroma del café recién hecho llenaba la cocina, mientras los rayos del sol se filtraban tímidamente a través de las cortinas. Era una mañana tranquila, o al menos eso parecía hasta que me percaté de su presencia. Megumi estaba parado frente a mí con una expresión seria en su rostro.

- Tienes un chupetón del tamaño de un puñetazo en el cuello -soltó sin más, indiferente.

Yo instintivamente subí la mano a mi cuello, donde sentí el rastro del chupetón que el muy capullo de Sukuna me hizo durante la noche. Mi corazón se aceleró al pensar en las consecuencias que eso podría acarrear.

-¿Y? - inquirí, seria.

-Pues que como te pille mi padre estás acabada - respondió con simpleza.

-Él no lo va a... - mi corazón se encogió de un momento a otro.

Escuché los pasos pesados de Toji acercándose rápidamente. Mi respiración se entrecortó y el pánico se apoderó de mí.

-Mierda, mierda y mierda ¿Qué se supone que debo hacer ahora? -me eché las manos a la cabeza.