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Después de eso solo salí de su habitación dirigiéndome a donde podria super seria el comedor, lo que por suerte no fue difícil aunque su casa fuera algo grande. Supongo que todos los comedores se encontrarían en el mismo lugar. 

- Buenos días, bella durmiente. - Escuche decir por parte de Bill al verme bajar. 

- Buenos días, a todos, lamento haber causado algún problema anoche en mi borrachera. - Respondí apena dirigiéndome a todos.

- No tienes porque lamentarte. - Escuche decir del baterista mientras tenia un delantal puesto. 

- Si, al final de cuentas Tom no nos dejo ni acercarnos a ti. - Respondió el bajista que se encontraría sentado ya en el comedor esperando su comida. 

- Porque ya estaban muy ocupado con Bill. - Escuche decir de manera repentina detrás de mi, era Tom ya listo. Sin duda me tomo por sorpresa. - Por cierto, ¿alguien sabe porque uno de mis tenis no tiene cordones? 

- Mierda... - Murmure. 

- Creo que alguien lo esta usando de manera, inusual... - Respondería Bill al darse cuenta de mi extraño cinturón. 

Tom no tardo en entender a lo que se refería, dirigiendo su mirada rápidamente a mi cintura, dándose cuenta de donde estaría el cordón de sus preciados tenis. 

- Dios, si que te las ingenias... - Respondió Tom algo sorprendido. Me causo vergüenza eso. - ¿Por qué no solo usaste un cinturón mío? 

- ¿Enserio me preguntas eso?. - Respondí con una mirada obvia. - Te lo voy a dejar claro con dos cosas. 

Diría poniéndome a su lado, quitándome uno de aquellos tenis con plataforma que me hacían lucir mas alta, parándome en ese pie para que sea extremadamente evidente la gran diferencia de estatura, siendo una cabeza completa de el. 

- Valla, si que eres pequeña. - Respondió Tom burlándose claramente de eso. 

- Y creo que es mas que obvio la diferencia de tamaños de nuestras caderas. - Diría mientras me volvía a poner aquellos tenis que aunque tenían una plataforma de cinco centímetros aproximadamente, aun así me veía pequeña a comparación de todos los chicos. 

- Dejen el tema de lado y siéntense a comer. - Diría Gustav mientras servía en los platos de todos. 

No podía negarme a comer, así que solo me senté al lado de Bill y sonreí de una manera algo forzada esperando que todos se sentaran igual. 

- Muchas gracias, enserio lamento ser un problema, por todo lo de ayer, comprendo que no fue profesional de mi parte. - Diría mientras tomaba los cubiertos que Bill me estaría ofreciendo. 

- ¿Y conmigo no te vas a disculpar? - Respondería Tom mientras levantaba una de sus cejas mirándome fijamente. 

- ¿A que te refieres? 

- Al final de cuentas, yo recibí una cachetada, te cargue borracha, te deje dormir en mi cama, te deje usar mi baño y te preste mi ropa. 

- Es que eres tu, ellos son cosa aparte. - Respondí con una sonrisa. 

- ¿Y si mejor nos cuentas un poco de ti?. Lizeth ¿cierto?. - Preguntaría Georg mientras comía de su pan tostado. 

- Si, pero me pueden decir solo Liz, es menos formal. - Respondí con una gran sonrisa ignorando la mirada de Tom. - Pues, que les puedo decir...

- ¿Qué tal si comienzas diciéndonos de donde eres?. Es obvio que no eres alemana. - Diría Tom mientras jugaba un poco con su comida. - Estas muy enana como para serlo. 

𝑽𝒊𝒐𝒍𝒊𝒏𝒊𝒔𝒕𝒂... ; Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora