Ocho

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El comedor del centro se encontraba medianamente lleno aquel día

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El comedor del centro se encontraba medianamente lleno aquel día. El lugar estaba adornado con globos rosas y rojos, y de otros colores similares. También había guirnaldas, las mesas decoradas con manteles lindos repletos de postres y dulces diversos.

El club celebraba el día del amor y de la amistad, San Valentín. Por parte fue un bonito detalle de coordinación con los coach, entrenadores y el consejo del club, quienes también estaban presentes en aquel momento.

Yuko devoraba cada pastel que encontraba a su paso mientras recorría por el salón saludando y dando abrazos por montón.

Yo estaba en una esquina del salón, en las mesas un poco más apartada pero no del todo, a mi alrededor mayormente se encontraban los entrenadores como Brian, Yulia Skaya y Elena Blik, quienes platicaban animosamente de la competencia de la próxima semana.

Aquel era un evento importante, se realizaría a un par de horas del la ciudad, en otro estado. Seria el debut de un grupo de chicos de tercera división, nuevos, desconocidos para el mundo, pero que tenían gran talento para el deporte.

Bebí mi chocolate caliente observando a Yuko saludarme desde el otro lado del cuarto, cosa que repetí. Su vista se fue rápidamente a la entrada del comedor y con su dedo me señalo que observara, hice caso y observe. Yuzuru recién entraba al evento después de casi una hora de comenzado.

En un principio me pregunte por su presencia, dudaba de que estuviera enterado del la sorpresa. Pensé escribirle un mensaje preguntando si vendría, después recordé que no tenia ni su numero o algo para contactarme con el, ni mucho menos alguna red social. Pensé en decirle a Brian que le avisara pero me callé cuando lo vi unirse a la conversación con los demás. Y por ultimo no conocía si alguien mas en el cuarto tenia cercanía con el para decirle.

Barrio el salón con su mirada desde la entrada. Vestía casual, una camisa color claro con las mangas remangadas bajo su codos. En sus manos traía consigo una pequeña caja envuelta en papel de regalo.

Su mirada llego hasta mi y avergonzada me oculte detrás de los adultos, dando un sorbo disimulado a mi chocolate y volviendo a mirar a Yuko. En su rostro una expresión de sorpresa, señalando con sus cejas hacia la dirección del chico antes nombrado. Observe nuevamente y en efecto su caminar era en mi dirección así que intente disimular lo mas posible para nuestro encuentro.

Grande fue mi sorpresa que al volver un rostro ya arrugado me recibiera con una dulce sonrisa. Graciela era una agradable mujer perteneciente al consejo. Fue mi auspiciadora para mi primer Grand Prix Senior y también estuvo presente aquel día de victoria. Era una mujer de mucho dinero, siendo la numero uno en la lista de inversores del club, sin embargo siempre se mostró como una gentil mujer, humilde y cariñosa con todos los deportistas.

—Señora Graciela, que gusto verla —me apresure a saludar.

—Lo mismo dijo cariño, ¿Cómo has estado? —su arrugada mano tomo la mía con gentileza, dando pequeñas caricias, —Supe que competirás la próxima semana.

—Veo que Brian aun no sabe guardar secretos —reí.

—No te molestes con él, yo fui la que le insistió para que me dijera, me gusta saber que has progresado desde tu llegada.

—Bueno, volver a patinar después de dos años no es fácil, pierdes mucha técnica y sobre todo estado físico, pero sin duda nunca hubiera podido conseguir lo que tengo hoy si no hubiera vuelto a este club, junto a Brian, lo digo de corazón —expuse. Mas allá de parecer un discurso diplomático eran mis verdaderos pensamientos.

Desde mi recuperación casi completa me cuestione si era bueno volver a un lugar de tantos recuerdos, temía que un lugar así me abrumara y terminara consumiendo, pero muy lejos estaba de la realidad.

—Me alegra escuchar eso, pero no te voy a mentir , estábamos muy sorprendido cuando Brian nos informo de tu incorporación al club, no mucho de los patinadores que se retiran temporalmente vuelven a participar en competencias. Por eso también estábamos un poco indecisos de si tu decisión era segura o no.

—Entiendo.

—Pero sabia que tu no nos decepcionarías, haz estado haciendo un gran trabajo. Y por eso espero que seas parte de nuestra próxima campaña.

—Bueno... Tendría que hablarlo con Brian y saber que opina —me apresuré de a decir.

—Claro de eso no te preocupes cariño, ahora me iré para que puedas hablar con tú novio —recibí una caricia en mi brazo de su parte. Confundida me apresuré a decir que no tenia novio, —Bueno, pero aquel chico espera por ti de hace un rato. Cuídate Juliette, y suerte la próxima semana. —se alejo sin mas, saludando al "el chico" a mi espalda.

—Menos mal se fue —hablo Yuzuru, poniendo frente a mi. Golpee su brazo de manera inconsciente.

—No seas irrespetuoso.

—Lo siento no fue mi intención —rasco su nuca nervioso. Me pude dar cuenta que su pelo estaba mas corta que otros días incluso ya no cubría parte de sus ojos.

—¿Qué hacías a mis espaldas? No pensé que vendrías.

—Brian me comentó ayer sobre la fiesta y pensé que seria buena idea venir. Llegue tarde porque no lograba encontrar un regalo.

—Mmm es extraño, mientras venia hacia acá las tiendas tenían lindos detalles para regalar hoy ¿ninguno te gusto?

—Ya lo se, me refiero a que no encontraba ningún regalo que fuera especial, buscaba algo en especifico.

—¿Y porqué tenia que ser especifico? —lo mire confundida.

—Por que es para ti —mi sonrisa se borro de la sorpresa. Tome el regalo que extendía sobre mis manos y lo mire. La caja no era tan pequeña como de lejos y el empaque era completamente rosa con flores.

—Yo no tengo nada preparado para ti.

—No importa, ábrelo —parecía un cachorro entusiasmado por que tiraran de su pelota, sonreí por su emoción.

En pocos segundos todo el envoltorio desapareció de nuestras vista, cayendo al suelo.

—¿Una fragancia? —fruncí el ceño y lo miré esperando una explicación, —Peculiar regalo para alguien que no conoces mucho —me sinceré.

—Lo se, pero mira de que olor es —tomo la caja entre sus manos, la examino y me la mostró nuevamente señalando el aroma seleccionado.

—Vainilla... —un escalofríos recorrió todo mi cuerpo hasta mi pecho, sentando un pequeño malestar.

—Vainilla, ese era tu olor de omega ¿no?



Nuevo capítulo, exactamente un mes después del último. Disculpen la demora, estuve de vacaciones y luego olvidé que estaba escribiendo esto 🙄. Fue un capitulo sin inspiración, lo lamento nuevamente.

❄ En busca de tu Omega ❄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora