Correr, suele ser el primer instinto de todo animal cuando esta en peligro ante una batalla que no puede ganar, instinto que garantiza supervivencia la mayoría de casos, demuestra el saber cuando es prudente escapar para no morir.
O en otros aspectos, es escapar ante un conflicto que no tuvimos nada que ver, por otro lado, las personas suelen ser diferentes, algunos tratan de demostrar al mundo, no, así mismos que no siempre es así. En su mayoría acabando peor que cuando se empieza.
—50... 51... 52...— Era el sonido de un joven contando las flexiones que hacía, este se notaba cansado, aparentemente no es la primera serie que hace de dicho ejercicio.
—Vamos... Al menos las 60...— Exclamó para si mismo intentando motivarse en acabar; pero por desgracia su cuerpo no dio más, simplemente cayó al suelo empapado de sudor y llenando de barro su cara.
Este se levanto para salir del bosque en el que se encontraba, si bien era cercano a la ciudad, seguía siendo parte de la naturaleza, la cruel y fría naturaleza. Aparentemente este no estaba solo, parece que una criatura misteriosa lo estaba buscando, por lo visto un depredador peligroso, o al menos eso parecía por el sonido aterrador que emitía, era como un gruñido de amenaza, parece que tenía hambre.
El joven no tardo en acercarse lentamente, ese sonido le parecía familiar, ya lo había visto, metió la cabeza en el arbusto y apenas vio lo que era decidió salir corriendo. El dolor del cuerpo que tenía por el ejercicio pareció esfumarse ante la presencia de aquella criatura, o mejor dicho, persona.
—¡Ya no me parece gracioso! Estas aprovechando que estoy molido por el entrenamiento.—
Fueron sus gritos antes de sentir como una enorme mujer se puso sobre el hasta someterlo al punto de caer contra el suelo, nuevamente manchado de barro y con un gran peso en su espalda, un poco más y sus huesos tronaban.
—Vamos... Sabes lo divertido que es~
Expresó la misteriosa mujer, parecía disfrutar bastante hacerlo sufrir, más o menos.—Tiempo fuera... No puedo respirar.... Pesas al menos el doble que yo...—
—¡Ey! Eso no se le dice a una dama.— Le reclamó mientras se levantaba y sujetándolo cual muleco de trapo lo levanto y limpió.
—Si... Casi todo eso es musculo; aunque no parece.—
—Ya deja de quejarte bebito, vamos de regreso que ya se hace tarde, de noche cierran las entradas y no queremos acampar con depredadores de los de verdad.—
El par no tardo en retomar su camino a la ciudad que mencionaron, la ciudad donde viven y pasaron su infancia juntos, al menos gran parte de esta, así como estudios superiores.
—Por cierto, ocuparía que me ayudes a estudiar para el examen de ingreso, no hay nadie más preparado que tu.—
—Si... Para mi desgracia, la única cosa buena de esta mutación inútil.—
—Vamos, no seas así, no es tan... Inútil.—
—Pero admites que en parte es inútil, eso es suficiente. Ojala tener mayor densidad muscular como tu, así tienes más fuerza de la que aparentas, que además desarrollas bien al entrenar.—
—Aja... No es bonito cuando a la mayoría le saco al menos más de una cabeza, complicado es que alguien no tenga miedo de mi.—
—Si, en eso tienes razón, a veces das miedo, pareces una de esas criaturas peligrosas del bosque.—
Cuando dijo eso recibió un golpe leve en el hombro; pero que aun siendo leve si le hizo doler, si bien eran amigos era una forma de entender que se había pasado al hablar.
Pasaron por gran parte de la ciudad antes de llegar donde la parte de viviendas y despedirse cada uno para entrar a sus respectivas casas, que en el caso del chico no era su lugar favorito.
Apenas entrar este pudo escuchar bastante ruido, eran una familia numerosa, cualquiera pensaría que era un manicomio, tías, tíos, la abuela molestando y el abuelo en silla de ruedas bastante débil. Murray se acerco para saludarle, este ni caso, llevaba ya tiempo así, incluso parecía que la demencia le afectaba menos algunos días que recordaba cosas y hablaba; pero era obvio que poco tiempo le quedaba por desgracia.
Este solo se fue a dar una dicha antes de comenzar a estudiar nuevamente, sin duda era alguien aplicado; pero la razón era simple, buscaba entrar a la academia militar, para lo cual ocupa pasar un examen escrito y un físico, el escrito es seguro que lo tiene más que dominado; pero el físico es el que le preocupa, en un mundo donde hay personas que son prácticamente monstruos físicamente, es complicado hacerse un hueco y ser reconocido cuando lo único que puedes hacer es ver en cámara lenta.
Aun con su obvia limitante este no se dejaba dar por vencido, razón de que ponga bastante empeño en su entrenamiento físico como estudiando, quería demostrarse a si mismo que no es un inútil como siempre le dijeron; pero más para demostrar a alguien que este tiene mucho más de si para dar, alguien que va a tragarse sus palabras.
Y justamente en su momento dramático cuando el celular sonó sacándolo de su burbuja, suspirando contesto.
—Dime Jenny...—
—¿Nuevamente el hiper foco?—
—Si, para lo único bueno que puedo hacer... Descuida, advino, ocupas ayuda para estudiar.—
—Y por eso tu eres el cerebro.—
Así el par se la paso hasta la madrugada estudiando, al menos hasta que ella acabo por dormirse con el celular aun en llamada, aquello hizo que caiga en cuenta y de igual forma decida por dormir, necesitaba reponer fuerzas o no podía seguir mañana con el entrenamiento que le espera.
Este admiraba mucho a Jenny, ella era todo lo que el ocupaba ser para demostrar que no era un inútil, su mundo era una selva donde solo el más fuerte sobrevive, y es obvio que no quiere morir, algunos incluso llamándolo parasito, esos insultos solo hicieron que se sienta horrible en algún punto de su vida; pero fue la misma Jenny que le mostro que es más que eso, lo cual hizo que la considere su mejor amiga, así como un pilar importante en su vida junto a parte de su familia.
Sin más, un nuevo día un nuevo desafío, le esperan unos 5 meses antes de su examen, 5 meses que se las paso entrenando y estudiando, no podía fallar estando tan lejos. Obviamente su esfuerzo dio frutos que eran notables en su condición, podía hacer cosas que antes no podía ni imaginar; pero eso es solo la punta del Iceberg, ahora toca la prueba.
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Caos Genético
Science FictionAcompañaremos a un chico que intenta sobreponerse al pensamiento popular sobre su nula capacidad para poder pertenecer a la elite de su mundo; sin embargo, la vida da muchas vueltas, a veces incluso aceptando algo que previamente juramos romper.