" Mi hermoso pueblo , este que cada amanecer y atardecer reza por mi perdón , esa gente misma que me encerró y repudio por 15 años . "
~ FIELES HABITANTES DE " CAVIZ " SUS REZOS HAN SIDO ESCUCHADOS , PERO LIGERAMENTE MAL INTERPRETADOS , EL SEÑOR SI...
Ciertos rumores, ciertos cuentos de hadas, hablan de una iglesia de oro y piedras preciosas que se asoma en medio de un espeso busque.
Ciertos rumores, ciertos cuentos de hadas, hablan de un pueblo en medio de la nada, un pueblo maldito por su propia mano, este que tuvo la osadía de ocultar del mundo al hijo del bosque o al hijo del diablo.
Ciertos rumores, ciertos cuentos de hadas, hablan de un valiente cazador que lucho contra el demonio ... O un joven débil que se vio correr de la mano del hijo del bosque.
Una iglesia de oro Un joven Un ser inhumano Un pueblo maldito
~※~
~ Hijos míos, el altísimo habla conmigo, el señor me guía para que yo los guíe a ustedes por el camino del bien. ¡HE SIDO ILUMINADO POR EL SEÑOR PARA CUMPLIR SU PALABRA AQUÍ EN LA TIERRA DEL PECADO!! ¡HE VENIDO A SALVARLOS DE LA CONDENA ETERNA EN LAS LLAMAS DEL INFIERNO!!
Estoy aquí, hijos míos, para llevarlos por el camino de la fe y que sean bienvenidos en el reino de los cielos. He venido a ustedes ... Para castigar a los pecadores... a las prostitutas, a los homosexuales, a las mujeres que desobedecen a sus maridos, a las criaturas profanas que no merecen estar en el reino de los cielos. - sentenció en sacerdote en aquel púlpito, teniendo la atención de aquellos ingenuos feligreses.
...
El padre Tomás veía con orgullo a sus feligreses desde la ventana más alta de aquella iglesia dorada, sonreía con sorna al ver como después de su sermón sus ayudantes golpeaban al pequeño muchacho rubio del pueblo "muy afeminado para no ser un asqueroso homosexual". Un pecador menos si aquellos muchachos de bien lograban curar al rubio independientemente de los medios - pensaba el padre Tomás.
Había creado un hermoso imperio, se esforzó mucho por transformar este mugriento pueblo en medio de la nada en su reino, con su hermoso castillo de oro, el que había soñado desde pequeño, ahora el señor si podría verlo desde los cielos.
Pt: Mi señor, estoy cumpliendo con mi misión - decía guiando su rostro al cielo, cerrando los ojos en el proceso con una sonrisa mientras escuchaba los lastimeros sollozos del pequeño rubio.
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La claridad de la mañana iluminaba la punta de aquella imponente iglesia, iluminaba cada ventana de cada pequeña casa, cada ladrillo y piedra de aquellas calles, incluso cada dorado cabello y cada milímetro de aquella maltratada piel que yacía en el suelo; aquel pequeño rubio antes mencionado se encontraba aún en el gélido suelo de aquella calle con miedo a mover su pequeño cuerpo por la anticipación de un desgarrador dolor.
Podía sentir como sus huesos crujían, sintió como su ropa era humedecida por un cálido líquido de tonos rojizos, pero no dijo nada, no emitía ningún sonido, estaba seguro de que hasta hablar le dolería, pues, intentando respirar sentía su pecho colapsar en cualquier momento.
Y aunque el rubio se retrataba en medio de aquel pueblo frente a la ostentosa fuente que guiaba a la plaza central, no podía importarle menos a los transeúntes, incluso a la mujer rubia y el hombre a su lado que se hacían llamar sus padres muy en el fondo, pues, ahora lo negaban con fervor y lo miraban con pesadez.
Aquel lastimero cuadro solo retrataba las repercusiones de desobedecer" las leyes del señor" por ello nadie hacia nada, todos pasaban por su lado ya acostumbrado a ver aquellos escenarios en la fuente.
Que la costumbre no los engañe, el panorama seguía siendo desgarrador pero ... ¿Qué podían hacer? Ante la autoridad del padre Tomás no podían hacer nada, no tenían poder, no tenían riqueza, pues escasamente podían disponer de algunos pedazos de pan viejo cortesía de las limosnas que piadosamente los asistentes de la iglesia les tiraban en la mañana, pues aunque el pequeño pueblo contaba con aquel templo de oro y la ostentosa fuente, no tenían más que sus pequeñas casas en ruinas y las ropas que llevaban puestas, ya que habían otorgado cada pequeña moneda de sus bolsillos para crear aquel brillante templo.
~flash back~ 15 años antes
"La riqueza es avariciosa, este pueblo está condenado por ustedes mismos a las llamas del infierno, alaban a unos mortales profanos, unos hechiceros herejes"
Proclamaba el sacerdote a puertas de la mansión de los Kim.
"! Miren ese demonio que tienen como supuesto hijo, es Satanás entre nosotros, y ustedes los dejan vivir aquí junto a sus hijos!", hablaba con exagerada preocupación, señalando con temor al joven de cabellos blancos y ojos azules que no superaba los 7 años. "! Piensen en los niños!" Secundo una anciana inusitada por el miedo.
Todo se salió de control, hace unos 30 minutos estaba en el regazo de su madre escuchando sus cánticos mientras su padre los miraba con devoción desde el sillón; ahora veía a su padre sostener el portón y bloquear este con los muebles escuchando la turba iracunda del otro lado de la puerta que como animales salvajes intentaban echar abajo esta para lastimado a él y a su familia.
Protegido en los brazos de su madre, corrían por el bosque entre sollozos, sí, solo él y su madre, la puerta había sido derribada al fin cayendo sobre su padre, el cual yacía aplastado por las personas que viendo derribada la puerta le pasaron por encina, su madre al ver la desgarradora escena solo pudo envolver a su pequeño en sus brazos y salir por la ventana rumbo al pequeño lago que podría salvar sus vidas.
Tan cerca, la mujer podía casi tocar con sus delicados dedos el agua que los llevaría a la libertad, lograría cruzar el río, encontraría la caballeriza, podría tomar un carruaje y salir de allí de inmediato, tan cerca... Unos cuantos pasos más... Solo... Unos más y en medio de su anhelo pido sentir un pequeño pinchazo en su cabeza ... Tan cerca ... Callo al suelo, como si se hubiese apagado, como si a su ferviente fuego le hubiesen tirado una cantidad exorbitante de agua.
El pequeño solo pudo sentir el fuerte golpe y al recobrar conciencia vio el perfecto rostro de su madre atravesado por la frente con una flecha.
¡Mamá! ¡Mamá! ¡MAMÁ! - gritaba el pequeño haciendo que su garganta doliese, gritaba mientras movía el cuerpo de su madre para que despertase, pero no funcionaba, miraba hacia atrás con miedo, se estaban acercando ... En medio de lágrimas su cuerpo le ordeno salir corriendo, dejando el cuerpo de su madre atrás, corrió lo más rápido que pudo, lo más rápido que sus pequeñas piernas se lo permitieron, se estaba cansando, así que en medio de su huida decidió esconderse.
Dentro de un tronco viejo se hizo lo más pequeño que pudo y tabo su boca con sus pequeñas manos evitando que aquellos monstruos escucharan sus sollozos.
~! Encuentren al demonio, no lo dejen escapar! - ordenaba el sacerdote Tomás a todos.
El pequeño veía desde aquel tronco las piernas de las personas a su alrededor buscándolo, estaba aterrado, hasta que vio como estos se iban a buscar a otro lado.
Espero un rato y al no escuchar nada asomo su pequeña cabeza y no vio a nadie, confiado salió de su escondite hasta que sintió unas manos frías en su nuca.