Jumm, ya es de mañana y no tengo ganas de levantarme. Quisiera quedarme en mi cama todo el día, sin preocupaciones ni responsabilidades. Pero... (suspiro) así no podré encontrarla.
me sacudo la pereza y me levanto lentamente de la cama. Me estiro y me estremezco, dejando que la cruda y dura realidad me golpee. Aunque mi corazón se debate entre la comodidad de mi refugio y la búsqueda de esa conexión especial, sé que debo tomar decisiones y seguir adelante.
Camino hacia el espejo del baño y me enfrento a mi propio reflejo. Observo mi rostro cansado, pero determinado. La incertidumbre me rodea, pero la emoción de lo desconocido me impulsa a seguir adelante. Aunque las dudas me asalten, sé que cada paso que tome me acerca más a la verdad, a encontrarla.
Me lavo la cara con agua fría, tratando de despejar mi mente y despertar completamente. A medida que el agua recorre mi rostro, también lava mis preocupaciones y me prepara para enfrentar los desafíos del día. Me seco y me miro nuevamente al espejo, esta vez con determinación en mis ojos.
Así que, a levantarnos y hacer todo como se debe (Pensaba).
Así que me levante, me lave la cara, los dientes, me peine y arregle lo mejor posible, ya saben, uno debe estar bien preparado.
Así que baje a desayunar y mi padre me dijo se comunicó con su hermano y el aparentemente ya estaba en la ciudad, pero tenía ciertos problemas que lo retrasaban, aunque en realidad a pesar de que me ponía contento, no era algo que me interesara tanto como a él, claro que los quería ver, son mis primos y mis tíos, pero sabía que vendrían dentro de poco así que no tenía ningún apuro, estaba más concentrado en otra cosa, aunque bueno, eso ya lo saben jajá.Así que saludé a mi padre y partí hacia la escuela. Como todas las mañanas, fui a comprar unos chocolates por si me encontraba con... bueno, la chica con la que hablé ayer. Espero que no se enoje porque me haya olvidado su nombre.
Dante caminaba hacia la escuela, disfrutando del fresco aire de la mañana. Su mente estaba más serena y tranquila. Comprendía que no debía obsesionarse demasiado, sino simplemente disfrutar del proceso de conocerla.
Al llegar a la escuela, se encontró con sus amigos en el patio. Se acercó a ellos con una sonrisa en el rostro, contagiando su positividad. Se sentaron en uno de los bancos del patio, y Dante les contó lo que había hablado con la chica a la que había perseguido en la plaza.
Sus amigos escucharon atentamente, capturados por la historia de la chica misteriosa y la colaboración de la chica a la que persiguió Dante. Dante les transmitió su emoción, pero también su nueva perspectiva más tranquila y madura.
"Chicos, estoy emocionado por encontrar a esta chica, pero sé que no debo aferrarme demasiado. Quiero disfrutar de cada momento y dejar que las cosas fluyan", les confesó Dante.
Sus amigos asintieron, comprendiendo su cambio de actitud. Lo alentaron a seguir adelante, recordándole que la vida está llena de sorpresas y que las mejores historias se escriben sin forzarlas.
Con el apoyo de sus amigos, Dante se sentía más seguro y confiado en su camino para descubrir quién era la chica que había cautivado su corazón. Juntos, compartieron risas y anécdotas, dejando que el tiempo en la escuela transcurriera entre juegos y conversaciones amenas. En lo que el tiempo transcurría, Dante, perdido entre risas, recordó que tenía que buscar a la chica para que le diera la información.
Pasaba y pasaba el tiempo, y no había rastros de esta chica. Dante estaba preocupado, porque si bien estaba más tranquilo, aún su corazón estaba muy inquieto. Ya eran las 13:00 y sus amigos le recordaron que tenían práctica en el club a las 14:30. Dante asintió con la cabeza pero sin decir una palabra, como si estuviera un poco desilusionado.
Leo, su amigo, lo vio y le propuso quedarse un rato con él en la plaza, hablando de videojuegos y haciendo tiempo para ver si podía ver a la chica, o "Vamos a llamarle 'Ella'", la chica de la que se había enamorado.
Dante: (suspiro) No sé, Leo. Estoy un poco distraído hoy. No puedo dejar de pensar en ella, en todas las posibilidades y en qué debería hacer para encontrarla. Parece que se ha esfumado.
Leo: Lo entiendo, Dante. Pero recorda que también tenemos que disfrutar del presente. ¿Qué tal si nos relajamos un poco y hablamos de videojuegos? Eso siempre nos anima.
Dante: (sonríe levemente) Tienes razón, Leo. Necesito desconectar un poco. ¿Cuál fue tu último juego favorito?
Leo: ¡Ah, sé que te va a encantar! Se llama "Skyward Journey". Es un juego de aventuras con gráficos increíbles y una historia cautivadora. Te sumerges en un mundo mágico y tienes que completar misiones para salvarlo. Además, tiene un modo multijugador para que podamos jugar juntos, es parecido al "Rinal Fantasy".
Dante: Suena genial. Me gusta la idea de explorar un mundo fantástico y olvidarme un poco de todo esto. Creo que me vendrá bien. ¿Cuándo podemos jugar?
Leo: Podemos jugar esta tarde después de la práctica en el club. Yo ya lo tengo instalado, así que solo necesitas descargarlo. Te aseguro que te divertirás y te ayudará a distraerte un rato.
Dante: Perfecto. Me apunto. Gracias, Leo. A veces necesito a alguien como tú para recordarme que hay más en la vida que una obsesión momentánea. Sigamos adelante y disfrutemos de cada momento.
Leo: Eso es, amigo. Estoy aquí para apoyarte. Recuerda, el mundo de los videojuegos nos permite vivir experiencias emocionantes y conocer nuevos mundos. Y quién sabe, tal vez mientras jugamos, la vida nos sorprenda con algo especial.
Dante: Así es, Leo. Nunca se sabe qué depara el futuro. Pero por ahora, vamos a disfrutar de esta tarde y del juego. Gracias por estar aquí, pero... ah no, cierto que mi padre me comentó que hoy teníamos algo especial que hacer, así que será mejor si lo dejamos para mañana, ¿qué te parece?
Leo: Está bien, no hay problema..Bueno, va a ser hora de que vayamos al club.
Dante y Leo se dirigieron al club, disfrutando de la práctica y compartiendo risas con el resto del equipo. Después de la tarde en el campo, Dante decidió que era hora de regresar a casa.Caminó las calles conocidas que lo llevaban a su hogar, sintiéndose cansado pero satisfecho por el día que había tenido. Al llegar, se quitó los zapatos y se dejó caer en el sofá, disfrutando de la sensación reconfortante de estar en su propio espacio.
Se relajó mientras pensaba en las experiencias del día: la conversación con Jessica" a pesar que no recordaba su nombre", la charla con sus amigos en la escuela, la distracción de los videojuegos junto a Leo. Se dio cuenta de que, aunque su corazón aún latía por la chica misteriosa, había aprendido a equilibrar sus emociones y disfrutar de otros aspectos de su vida.
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Mi cielo en tus ojos
Novela JuvenilDante, un joven de 16 años, experimenta su primer amor a primera vista en un encuentro casual en la plaza de la ciudad. En ese fugaz instante, su vida cambia para siempre. Determinado a descubrir la identidad de la chica que lo cautivó, Dante se emb...