My problem (Steven y tú)

Consentimiento Expreso (+18)❤️

Steven cepillaba sus dientes.

Desde las muelas hasta los colmillos, tenía especial cuidado en los dientes frontales y finalmente 7 cepilladas a la lengua.

Una vez escupió la pasta dental y se enjuagó con agua miró su cepillo de dientes.

Steven sabía que frente a los demás había madurado mucho, ya era un hombre, uno que ayudaba a todos y que había logrado ayudarse a sí mismo. O eso veían los demás.

Steven después de un tiempo pudo por fin visitar un médico. Uno que él mismo pagó. Un psicólogo.

Pudo darse cuenta de sus trastornos, producto de la "mala crianza". Y es que el hecho de que tu padre te deje con amigos de su fallecida madre para que te críen poniendo constantemente tu vida en riesgo no era la mejor técnica de cuidado parental. De hecho era bastante mala.

Steven tenía ciertas obsesiones, siempre se lavaba los dientes de la misma forma. Siempre debía despertar con el pie derecho tocando el piso antes que el izquierdo. La mayonesa deberá ser puesta de izquierda a derecha en curvas perfectas.

Podía vivir con esas cosas. Pero no toleraba más vivir con las gemas. Le generaban un estado de ansiedad constante. Sobre todo perla en estos momentos.

Y con Cordelia, siempre era bienestar. Ni siquiera tenía calma en sí, solo que Cordelia no le pedía salvar el mundo cada fin de semana.

La máxima discusión que tuvieron fue la noche anterior decidiendo la cena. Peleas normales, vida normal.

Llevaba ya 2 semana durmiendo en casa de Cordelia, en la misma cama, de hecho no habían salido mucho de casa.

Cordelia le enseñó a pintar, hacían castillos de arena y juntos comenzaron a estudiar para la universidad.

Steven nunca antes había pensado que fuera algo para él, pero habían muchas profesiones que definitivamente lo hacían pensar.

Medicina, específicamente psicología, le interesaba, ya solucionaba los problemas de muchos seres, pero por lo menos así tendría un horario y le pagarían.

Aunque le gustaba mucho la idea de estudiar leyes. Por qué?, Era algo cínico a decir verdad.

Imaginó la cara de su liberal padre al verlo hecho un recto abogado que se ciñe a las reglas de la sociedad.

Definitivamente se le caería el pelo que le quedaba.

- Oye por qué te ríes de forma tan malvada?, A quien piensas molestar?

Sintió las manos de Cordelia en sus hombros y entonces recordó. La única razón por la cual no quería quedarse permanentemente viviendo ahí.

Sus límites.

Miró a Cordelia con una sonrisa y besó su mejilla, luego apartó las manos de ella y caminó a la cama.

Se acostó de lado mirando la pared, dando la espalda a la chica.

-Buenas noches, Delia, descansa.

Respiró profundamente cuando sintió los brazos de ella rodearlo.

Sus manos tan pequeñas y calidad le generaban pensamientos bastante oscuros, pensamientos que quería atribuir a la gema de su vientre y no a sus propios pensamientos de adolescente hormonal.

Respiró profundamente y apartó las manos de ella.

-Steven, mírame.

No quería mirarla, se estaba conteniendo muchísimo, todo su autocontrol volvió a él o más bien su fuego interior se apagó al ver el rostro lloroso de Cordelia.