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Oemis.
⎯Recuerda que salgo a las seis, Key y Yunho para ese entonces seguirán en la escuela, así que tendremos tiempo a decorar.
⎯De acuerdo. ⎯Responde mientras mira el gran edificio por la ventana
Sonrío.
⎯Ya se que te preocupa los universitarios de ahí. ⎯Me observa⎯ Solo recuerda que fui destinada a ti. Y que tienes que confiar en mi.
⎯Lo se y lo hago. Pero no en esos malditos babosos. ⎯Rio y me inclino hacia el, beso sus labios para despedirme.
⎯Tendré todo bajo control. ⎯Murmuro mirándolo. Suspira y asiente⎯ Te veo luego. ⎯Dejo un ultimo beso en sus gruesos labios y bajo del auto.
Camino por delante de este y a pasos rápidos me dirijo al edificio.
Pasaron dos meses desde que volvimos del intenso viaje a Inglaterra. Muchas cosas pasaron. Mi trabajo en la oficina sigue, aunque claro, Hyunjin no quiere darme tanto para hacer. Ah y sus intentos de cumplir su fantasía y hacerlo en su escritorio siguen, pero lo detengo.
Los niños se encariñaron mucho con Nella, ahora ella es la que los cuida. Es como una hermana mas.
Me adentro al edificio, una gran cantidad de personas cruzan el pasillo, incluyéndome. La mayoría de seguro hombres lobos.
Veo la larga fila que empiezan a hacer, de seguro para tomar los horarios.
Suspiro.
Por suerte avanza rápido, ya que solo se limitan a decir sus hombres y tomar una hoja.
Mi cara es de alivio cuando al fin es mi turno.
La mujer observa aburrida la hoja y sin mirarme me hace una seña para que hable.
⎯Oemis Parker. ⎯Digo mi nombre. Sus ojos miran hacia la hoja unos segundos y luego me mira con los ojos grandes como dos platos.
Aquí vamos...
⎯Oh mi dios...mi Luna ⎯Carraspeo luego de escucharla susurra.
⎯Si, pero por favor, ignore eso mientras estoy aquí. Solo soy una estudiante mas. ⎯Sonríe y asiente varias veces.
⎯Claro, todo lo que usted desee. ⎯Dice sin dejar de sonreír⎯ Aquí tienes los horarios.
⎯Gracias. ⎯ Le sonrío.
—Un placer. —Me doy vuelta y empiezo a caminar hacia mi casillero, guiándome por el numero que muestra la hoja.
Miro cada casillero concentrándome solo en sus números y me detengo cuando encuentro el mio.
Colocó la clavé mirando cada tanto el papel y luego lo abro, guardo la mayoría de mis libros ahí dejando mi mochila mas liviana.
Vuelvo a mirar la hoja para ver mi primera clase. Cierro mi casillero y camino hacia el salón.
