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Oemis.
Respiro profundo por décima vez, mientras me miro en el espejo.
—Nella si no te quedas quieta, te juro por Dios que te matare.
Sigue moviéndose de un lado a otro, ignorándome.
—¿¡Donde esta el listón azul!? —Cierro los ojos y gruño— ¡Aquí esta!
La escucho acercarse y me giro hacia ella. Levanta sus brazos y ata el listón azul a mi peinado. Suspiro y miro su vestido.
Llevo mis manos a su listón rosa y acomodo mejor el moño. Miro hacia toda la habitación.
—¿Donde esta Key?, ¿y Yuju?, ¿y las niñas? —Empiezo a desesperarme— Se supone que ya tendrían que estar aquí.
Rasco mi ceja y Nella coloca sus manos en mis brazos.
—Oye, relájate —Me hace mirarla a los ojos— Tu eres la que menos debería estar nerviosa aquí. Respira profundo. —Lo hago y relajo mis hombros— Eso es.
Sonríe levemente al mismo tiempo que escucho la puerta ser abierta. Miro de inmediato hacia ahí, sonrío aliviada cuando veo entrar a Key y a Yuju.
Me acerco a ellas y colocan a las niñas en el suelo. Me agacho a la altura de mi hija y le sonrió, acomodo sus mechones rojos y luego levanto la mirada hacia Key y Yuju.
Verifico que sus vestidos de dama de honor estén listos y frunzo el ceño al ver que Key tiene desarmado su mono.
—Te dije que no dejaras que Gema juegue con el moño. —Murmuro mientras le acomodo el moño.
—Oye, esa fue tu hija —Termino de acomodarlo y luego quito algunas pelusas del vestido— Ya, O.
Sonrió levemente y me alejo, extrañaba que me diga O. Suspiro y me incorporo.
—Bien, ¿estas listas? —Pregunto moviendo mis manos.
—Es increíble que todas ustedes estén increíbles con esos vestidos. —Miramos a Nella cuando habla— Yo parezco un tanque rosa. —Habla bajando la mirada, posandola en su panza de embarazada.
Rio.
—Todas pasamos por eso. —Le sonrió.
—Pues yo no. —Habla Key— Yo me saltee esa parte. —Alza a la pequeña Gema en brazos y sonrió mirándolas.
Esa bebe revoluciono su vida.
—Primer y ultimo hijo que tengo. —Murmura Nella. Tomo a Mérida en brazos y saco su mano de su boca cuando empieza a chuparla. Miro su cabello y frunzo el ceño al ver hebillas rojas en su cabello.
—¿Quien puso hebillas de color rojo?, el rojo no se ve con su pelo. —Quito las hebillas y dejo su pelo suelto.
—Vaya, esa niña saco todo de ustedes dos. —Comenta Yuju mirándonos a Key y a mi— De seguro también saca su trasero. —Reímos.
