Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.
Salmos 121:Un camino inseguro
El camino era muy estrecho y había muchos árboles a mi alrededor, y la hierba cubría el camino, pero sin importar las advertencias que me habían hecho yo decidí irme por ese sendero que tomar el camino más largo.
No tenía tiempo, ni tampoco ganas de ir por el camino más largo. Me habían pedido ir a recoger la pantalón de mi papá a la sastrería, yo sabía que si me iba por el camino más transitado llegaría en media hora, pero hacía mucho calor y el sol estaba muy fuerte.
En cambio si me iba por el camino más corto llegaría en la mitad del tiempo y podría regresar más rápido a mi casa y podría ver mi programa favorito, o jugar vídeo juegos o lo que se me amtojara al regresar a mi casa.
Me adentré en el camino sin tomarle importancia a esa sensación extraña que me anunciaba peligro. Caminé con mis audífonos puestos con música en alto volumen, supongo que lo hacía para bajar el volumen a mis miedos y tomar valor.
Pero cuando iba ha más de medio camino, algo llamó mi atención. Un ruido extraño...
¡No seas cobarde! Probablemente solo sea un animal que camina por ahí y hace ese ruido...
Me trataba de convencer a mi mismo que no debía tener ningún temor y seguí caminando, solo que ésta vez mis pies se movían más rápido.
De pronto el sonido se volvió más fuerte y se escuchaba más fuerte y más cerca, y tuve miedo pero no quise mirar hacía atrás, apresure el paso para llegar a la salida de ese sendero y encontrarme con la calle principal.
Pero mi corazón empezó a latir con tanta fuerza que el sudor en mi frente empezó a caer sobre mis ojos y me imposibilitada ver bien, estaba traspirando y podía sentir que me seguían.
Así que empecé a correr y en mi desesperación recordé a mi padre decir: Por ese camino nunca vayas, puede parecer corto, pero el que se ha ido por ahí se a encontrado con la muerte...
Yo no lo creí, pensé que lo decía para asustarme, y antes de salir de mi casa, mi madre oró por mí y decía: Guarda Señor la vida de mi hijo, si salida y su entrada desde ahora y para siempre "
Yo recordé las palabras de mis padres antes de salir de la casa y mi actitud ante ellos, me sentía más listo que ellos, pensé que eran unos anticuados que le tenían miedo a todo.
En mi juventud yo no valore sus consejos y su experiencia y tomé en poco su fe y la protección de Dios, pero en ese momento el camino corto se me estaba haciendo muy largo y la salida de ese sendero cada vez más lejos.
La hierba se hacía más alta cada vez y ocultaba el camino, mis nervios me jugaban malas pasadas y al mirar los árboles q mi alrededor parecían tener horribles figuras que parecían amenazarme, corría y corría y mis pies no parecían tener la velocidad que yo deseaba.
Y detrás de mí estaba aquel sonido de pisadas fuertes que me seguían de cerca, después de unos minutos ya no eran solo unos pies, podía escuchar a otro más siguiendome y me sentí acorralado...
Y en medio de mis temores imaginé mi fin, porqué unos árboles habían caído en medio del camino y bloqueaban el paso, no tendría el tiempo para escalar los árboles en el suelo y pasar al otro lado sin que los que me perseguían me alcanzarán.
Así que me aferré a la rama de uno de los árboles y exclamé: ¡Señor perdóname y ayúdame por favor!
De repente un gran perro salió de encima de los árboles y detrás de el perro un hombre fuerte y grande con un afilado machete en su mano, los que me seguían al verlo salieron corriendo y el hombre me miró y sin decirme nada me extendió su mano.
Yo la tomé y escale con su ayuda los árboles caídos y al pasar al otro lado volví a ver el sendero, estaba limpio con su hierba recién cortada, entonces comprendí que ese hombre era un trabajador que estaba allí limpiando el camino y gracias a eso pudo escuchar lo que me sucedía y pudo venir a socorrerme.
¡Se lo agradezco mucho señor!
Tranquiluzate muchacho, ahora estás bien, pero te aconsejo que no vuelvas por estos senderos, no son seguros, siempre están llenos de adictos y asaltantes. Tuviste suerte de que no te hicieran daño, Dios te guardo muchacho, debes agradecerselo...
Si señor, de eso estoy seguro, que Dios guardó mi vida y que su palabra se hizo vida en mí al guardar mi salida y sé que guardara mi entrada y que volveré a salvo como lo dijo mi madre cuando oró por mí...
Tienes una madre temerosa de Dios y un padre sabio, escúchalos muchacho y todo te irá bien en la vida...
¡Eso haré señor se lo aseguro! De ahora en adelante voy a tener más abiertos los ojos y los oídos y más cerrada mi boca...
Sabías palabras muchacho...
Eso lo dice mi papá, y yo siempre creí que eran tonterías, pero me doy cuenta que es muy cierto, si yo lo hubiera escuchado y tomado en serio sus consejos y advertencias, hubiera visto el peligro que me anunciaba este camino desde el inicio y no habría tenido que poner mi vida en riesgo como lo hice y si Dios no hubiera escuchado las oraciones de mi madre, estaría mal herido o muerto....
Gracias a Dios apareció usted en el momento preciso y pudo salvarme...
Espero chico que hayas aprendido la lección y que de ahora en adelante mires bien por dónde caminas.
Me despedí del hombre y me fui caminando por el camino que el había limpiado, mis piernas aún temblaban pero me sentía más tranquilo, cuando voltee la cabeza para decirle adiós con mi mano al mi amable salvador, ya no estaba, ni el perro tampoco, lo busque con mi mirada pero no había señal de él...
Me detuve a tratar de entender lo que me había pasado pero no lograba comprender cómo había desaparecido tan rápido si yo acaba de estar con él.
Luego una suave brisa acarició mi rostro y escuchame una voz decir: Sal pronto de aquí...
Mis ojos se abrieron de golpe, el camino que yo había visto limpio, seguía tan lleno de mala hierba como el del otro lado y yo estaba a unos metros de la salida, así que obedeciendo a la voz que había escuchado salí a prisa de aquel lugar.
Estaba seguro de que un ángel había sido enviado para rescatarme, y que eso había sido la respuesta a las oraciones de mis padres, que conociéndome como me conocían sabían que yo me iría por el camino más fácil y me metería en problemas.
Cuando me halle seguro y con mucha gente buena a mi alrededor, suspiré aliviado y me prometí a mi mismo escuchar mejor y hablar menos.
Si Dios me había guardado del peligro y me había pedido aprender la lección, yo debía ser inteligente y tomar la oportunidad que me había dado para ser más cuidadoso, más humilde y obediente.
Fin
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Historias Para Reflexionar
SpiritualDios habla de muchas maneras y una de ellas es a través de las experiencias y vivencias de otros..