Capítulo 8

121 10 2
                                    

- Yo no se que decirte Lionel... yo no me esperaba esto... yo.

- ¿Me vas a negar que no sentís lo mismo Aimar? - hizo una pausa para que Pablo hablara pero no lo hizo - vas a quedarte callado como si nada o ¿vas a salir corriendo de la pieza como si nada hubiera pasado? Contestame Pablo.

- Lionel yo no...

- ¿Yo no qué? Me vas a decir que no sentís nada por mí, que no se te cruzó por la cabeza una mínima posibilidad de que yo te podría gustar, porque vos a mi si me gustaste y desde el primer día que te vi bajándote de ese auto con tus rulos castaños y rojizos desordenados por el viento, con esos labios color carmín que me volvía loco por saber cuando carajo los iba aprobar, ese acento tuyo tan particular y tan marcado que me aceleraba el corazón cada vez que abrías la boca y ni hablar de esos ojos que a simple vista se ven color marrón claro pero que si te quedas mirándolos atentamente tienen pequeños destellos verdes... Me gustas y espero ser correspondido.

- ... 

- Lionel pensó algo que lo podía hacer reaccionar - ¿Y que pasaría si te beso ahora? ¿Me vas a decir que no te gusto y te vas a resistir? ¿O me vas a corresponder?

El más alto se fue acercando muy despacio al otro que tenia entre la cama y él, a Pablo esos segundos le parecieron horas cuando sintió el aliento de Lionel en su cara cerro los ojos con fuerza, el santafesino agarro al cordobés de la cintura y se la apretó como para sacarle al más chico un gemido de dolor que ambos sabrían que le iba a quedar una marca. Lionel rozo los labios de Pablo y para él fue tocar el cielo con las manos se sentían suaves y afelpados entonces decidió estampar los suyos contra los del otro, al principio el diez de la selección se resistió tratando de empujar al diez y ocho con las manos mientras este sostenía su cintura los mas fuerte que podía para que no se escapara.

Pablo se fue relajando y agarró la nuca de Lionel apretando un poco su pelo y entreabriendo un poco la boca para que la lengua del otro, que estaba pidiendo permiso, entrara y comenzar una palea entre ellas, las manos del mas grande bajaron un poco hasta la espalda baja del más chico para seguir bajando y apretarle ligeramente el culo, en ese momento se separaron por la falta de aire y juntaron sus frentes con las respiraciones agitadas.

- ¿Y? ¿Ahora vas a decirme que no te gusto? 

- Lionel yo no se lo que siento.

- Vos no sabes pero para mi es bastante evidente.

- No creo que pueda.       

- Dale Pablo si sabes que cada vez que nos vemos me querés comer la boca, no me digas que ahora lo estas dudando.

- Lionel por favor dejame salir.

- No hasta que me contestes.

- ¿Querés que te diga la verdad?

- Si la estoy esperando.

- Si me encantaría comerte la boca cada vez que tuviera una puta oportunidad y me gustaría hacerte más que eso pero no puedo, ¿Entendés?

- ¿Por que no? ¿Eh? 

- No puedo decirte, es muy privado. 

- ¿No confias en mi? 

- No es que no lo haga es que no quiero hablar de ese tema tal vez más adelante cuando nos conozcamos mejor.

- Esta bien voy a hacer el esfuerzo suficiente para que confies en mi y me lo cuentes y también para que te enamores de mi.

Le dio un beso corto y desesperado a Pablo antes de irse del cuarto dejándolo con la respiración agitada y desconcertado, se sentó en la cama para pensar un rato y meditar lo que había pasado hace unos momentos y no lo podía creer, no podía creer que eso le pasara de vuelta que alguien guste de él pero no estaba seguro de que lo que estaba haciendo estaba bien, porque así había pasado la vez anterior todo color de rosas y después caos y depresión y una de las razones por la que se vinieron a Buenos Aires, esto lo iba a tener que hablar con el cabezón en algún momento.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 26, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Payasito -Aimar y Scaloni-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora