Capítulo 1

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Hoy es lunes a la mañana y empezaban de nuevo los entrenamientos para la temporada de "Súper Liga" que iba a estar bastante pesada este año, el anterior habíamos perdido contra Boca tres a dos y este año no nos íbamos a permitir el lujo de entrenar como siempre. 

Me levanté me cambié con el uniforme del equipo y me tomé el desayuno que me había hecho mí viejo, para salir de mí casa y tomarme el colectivo para después el tren, desde los dieciséis hacia el mismo recorrido hasta la cancha de River y dentro de poco ya cumplo los dos años adentro del club y todavía no lo puedo creer es uno de mis grandes sueños el otro es poder jugar en la selección, algún día si se me da claramente, pensar que la primera vez que vi un partido de mí club fue con mí viejo cuando todavía vivíamos en Córdoba me sentó con él en el sillón mientras me daba un sándwich de salamín y queso cremoso, unas de mis comidas favoritas, ver la emoción de mí papá en la cara fue una coso que no me voy a olvidar nunca, las lágrimas de felicidad que se le caían de la cara cuando vio a River salir campeón fue inolvidable y eso que tenía como unos cinco años y todavía me acuerdo patente como si hubiera sido ayer, desde entonces soy fanático igual que mi viejo.

Ya estaba por llegar al club, estaba a unas tres cuadras. Llegué  saludé a Ramón y a los chicos, deje mis cosas en el vestuario y fui a la cancha a entrenar con los demás, las horas de la mañana se pasaron volando hasta el mediodía dónde íbamos a almorzar hasta que Ramón me llama para hablar.

- Pablito tengo que hablar con vos sobre algo- me dijo en un tono bastante serio que ya me estaba asustando.

- Si decime, ¿Que pasó? 

- Viste que el otro día vino Pékerman a verlos, no?

- Si.

- Bueno sos uno de los elegidos para jugar en la sub 20 de la selección.

No podía creer lo que me estaba pasando, era una de las mejores cosas que me había pasado en toda mí vida, era mí mayor sueño jugar para la selección y se estaba cumpliendo, de tantos pibes que juegan bien en todas las partes de la República Argentina uno de los elegidos era yo, tuve que pellizcarme varias veces el brazo para saber si eso era verdad o no porque realmente parecía un sueño, sentía que estaba en las nubes con esta noticia.

- ¿Y?- me preguntó Ramón pasando su mano en frente de mí cara al ver qué no reaccionaba.

- ¿Qué? Ay perdón Ramón es que no lo puedo creer todavía, vos sabés que este es uno de mis mayores sueños y no caigo de que esté pasando.

- ¿Entonces eso es un sí?

- Obviamente que si, muchas gracias por esta oportunidad Ramón, verdaderamente te agradezco y agradezco la oportunidad que me estás dando para poder ir.

- El mérito es tuyo y se que lo querías mucho, admito que también me emocioné cuando Pékerman me dijo que te iba a llevar sabiendo que si los demás técnicos de clubes europeos te vean y te quieran llevar perdiendo a uno de mis jugadores estrella. 

- Muchas gracias Ramón, te aprecio mucho, ¿puedo llamar a mis viejos desde el teléfono del pasillo?

- Por supuesto Pablito.

- Gracias Ramón!

Salí prácticamente corriendo de la oficina de Ramón hasta el teléfono público que había en el pasillo dentro de la parte de las oficinas, marque el número de mí casa deseando que aunque sea la cucaracha de la cloaca estuviera en mí casa para atenderme y disfrutar esta hermosa noticia el teléfono sonó un par de veces más y atendió mí vieja.

- ¿Hola viejita?- pregunté todo exaltado y agitado.

- Si Pablito ¿Que pasó que estás así? ¿Estás bien?

Payasito -Aimar y Scaloni-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora