Capítulo 3

168 16 3
                                    


Me había levantado una hora y media antes de la ansiedad que tenía, me duche y me cambié con un shean una remera escote en ve blanca lisa y una campera de abrigo roja, baje a desayunar un mate cocido con tostadas fui a lavarme los dientes para después ir a mí pieza a buscar las cosas con mí viejo mientras mí mamá prendía el auto, bajamos todo y lo pusimos en el baúl de ese Peugeot 504 que tanto iba a extrañar y que iba a extrañar empujar con mí papá cuando se quedará varado, me subí y arrancamos rumbo a Ezeiza.

Llegamos, ya habían muchachos con sus familias esperando a la hora de la entrada, baje y con ayuda de mis viejos sacamos todo del baúl y también no pusimos a esperar. Cuando se hizo la hora Pekerman salió a recibirnos con los demás del cuerpo técnico, nos hizo pasar a todos con nuestras cosas y paro en la entrada del predio.

- Bueno chicos primero que todo muchas felicitaciones, ya que ustedes fueron seleccionados de entre muchos porque consideramos que son los mejores en lo que hacen, sé que es un orgullo para ustedes y sus familias y una gran oportunidad si la saben aprovecha así que yo y los demás técnicos les queremos dar una buena y cálida bienvenida para se se sientan como en casa y tengan con nosotros una confianza parecida a la que tienen con su padres.

Todos aplaudimos ante las palabras de Pekerman fueron la verdad muy reconfortables a mí parecer, también porque me relajaron un poco toda esa tensión de la bienvenida. Luego de esa pausa siguió hablando.

- Bueno ahora vamos a dejar que se despidan de con quienes vinieron así les damos una recorrida, se presentan y les asignamos compañero y habitación.

Me despedí de mis viejos con unas lágrimas un poco amenazantes en mis ojos, me dieron un beso y una abrazo cada uno junto a unas palabras de aliento, cuando todos los mayores se fueron pude divisar a una par de mis compañeros se veían bastante amables algunos excepto por un caraculico que miraba desde atrás a todos con una cara de asco y superioridad, "ahora lo único que me falta es que este sea mí compañero de habitación, me pego un cuerpazo si es así" pensé; nos dieron la recorrida oficial y cuando terminó nos sentaron en una mesa larga a todos y comenzamos diciendo nuestros nombres, edad y fecha de cumpleaños, yo no le preste mucha atención porque me pareció algo formal yo creo que hubiera sido mejor ir presentándonos solos y de a poco, después de eso volvimos a la entrada con nuestras cosas donde nos iban a asignar compañero y habitación.

- Bueno chicos los voy a ir nombrando de a dos y les voy a ir dando la llave de su habitación - empezó Pekerman, se aclaró la garganta y siguió - Wálter Samuel con Cambiasso habitación 20 - y estos dos agarraron su llave y se fueron - Aimar y... Scaloni habitación 316.

Me di vuelta para ver quién era y no lo podía creer el boludo con cara de culo era mí compañero, o sea de todas la posibilidades con el me tenía que tocar, me brotaba la puta emoción por lo poros, pensé que mí estancia en este lugar iba a ser complicada al principio pero me equivoque con este va a ser complicada siempre. Agarré las llaves y me dirigí hacía la habitación con mis cosas sin importarme si este salame me seguía o no, abrí la puerta y era hermosa blanca con detalles en celeste, escuché que el otro pibe entro y cerró la puerta a lo que pasé a preguntarle.

- Che que cama preferís, a mí me da igual - que mentira no me daba igual, preferiría que eligiera la de la pared así yo me quedo con la de la ventana, pero trataba de ser cortés.

- Con la de la pared - SEÑORAS Y SEÑORES CANTAMOS BINGO.

- Bueno - respondí tratando de no sonar emocionado.

Fui acomodando mí ropa en la cajonera, no la cambie toda así que cerré mí valija con las cosas que me habían quedado ahí adentro y la puse abajo de mí cama, me tiré arriba de esta para descansar hasta el almuerzo, hoy no íbamos a tener entrenamiento ya que era el primer día, me puse mí walkman con el casete de Soda Stereo y le heche un vistazo a mí compañero que seguía guardando las cosas súper prolijas adentro de la cajonera y cerré los ojos no iba a dormir, y aunque quisiera no iba a poder con todas las cosas que tenía adentro de mí cabeza. Paso un buen rato pensando en lo que podía venir, en los entrenamientos, en mí viejos en mis compañeros y demás cosas hasta que siento que una mano demaciado grande me toca el hombro y abro los ojos sobresaltado, me saco mis auriculares y le prestó atención al bobo ya que me hacía gestos de que me quería decir algo.

Payasito -Aimar y Scaloni-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora