15 años habían pasado desde aquel trágico día donde se les había sido arrebatada la felicidad 15 años en donde la misma sonrisa rota se hacia presente en su rostro cada vez que pensaban en aquel cachorrito qué fue robado de sus brazos ¿valía la pena...
Hoy se notaba que seria un día raro, completamente raro.
y no lo decía por que los profesores se veían menos gruñones, ni tampoco porque Jackson había salido con alguna de sus bromas tontas.
No, era por que los pasillos se encontraban infestados de chismes, no quiero decir que nunca lo estuvieron, simplemente que de lo que hablaban parecía ser de lo mismo, y al parecer ese era el único tema de conversación que había hoy en el instituto Durham.
-¿Ya los viste?
-¡Tengo clases con ellos ahora!
-Son completamente hermosos
-¿Crees que les importaría tener un trio?
Me subí el gorro de mi capucha mientras seguía escuchando aquellos innecesarios comentarios, admito que tal vez me causaba curiosidad el que o quienes tienen a la escuela patas arriba.
¿Qué era lo que estaba sucediendo? esa pregunta es la única que esta rondando por mi mente desde que coloque un pie en la institución.
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Las clases fueron monótonas, la primera hora era historia y les juro que hice todo para concentrarme en la platica que hacia el profesor Elvis sobre la primera guerra mundial.
Cuatros horas pasaron en total, hasta que al final, el deseado timbre que anunciaba el descanso sonó, causando que todos los estudiantes saliéramos lo mas rápido posible del aula de clases.
Gracias a Dios no escuche mas cuchicheos sobre quien quiera que estuvieran hablando esta mañana. Por lo cual camine tranquilamente a la cafetería deseando que haya algo de aquel pastel de coco que tanto amo.
Pero como siempre, nada en esta vida puede ser perfecto ¿cierto?
Unos brazos me rodearon por detrás, no me sorprendí del todo pues sabia quien era, el rostro de Jackson entro a mi campo de visión, el mayor me soltó y camino conmigo a la par que entrabamos al espacio de comidas.
-Hermano, se cancela la sesión de fotos, dejemos a aquella morena tranquila, desde hoy las rubias son mi obsesión -Jack dio un "suspiro de enamorado" mientras yo lo miraba con confusión.
-¿De que hablas? - Le pregunte mientras el olor a comida se abría paso por mis fosas nasales, rápidamente encontramos a Eun-ji en una mesa aparte, leyendo un libro y comiendo una ensalada de frutas por lo que no tardamos en dirigirnos hacia ella.
-¿Como que no sabes a quien me refiero Tehyun? - Su respuesta hizo que alzara una ceja ¿De que me perdí? ¿acaso acabo de cometer el peor pecado del mundo?
Eun-ji quien logro escuchar la ultima parte, miro con cansancio al castaño.
-No me digas que tu también estas tragado de esa chica - dijo de mala gana mientras dejaba de lado su merienda, apreté mis labios al darme cuenta que en cualquier momento sonreiría por lo mala que es mi querida hermana al expresar sus celos.
¿De que están hablando?- volví a preguntar ya cansado de tanto misterio, pareciera que hubiera vivido toda una vida debajo de una piedra y ahora es que por fin logre salir de ella.
Hoy llegaron dos estudiantes de intercambio -Eun-ji me respondió con cansancio.
y muy guapos- agrego Jackson mientras tomaba un pedazo de fresa de la ensalada de Eunie, la pelirroja lo miro mal y le pego con su tenedor haciendo que soltara un leve "ouch"
Rodé los ojos ante la interacción de esos dos, literalmente no se podían quedar ni un minuto solos porque ya se estaban matando.
¿Y? - Apoye mi cabeza en mi mano mirándolos con aburrimiento- no creo que sean tan especiales, que sean guapos pasa, pero no creo que deban de hacer un escandalo por eso.
A la zanahoria y a mi nos toco con ellos en la hora de matemáticas - Jack ignoro olímpicamente mis palabras como lo hacia con la mala mirada que Eun-ji le dio por llamarla por ese apodo- se me olvido el nombre de ellos pero puedo asegurarte que la chica es muy dulce y atractiva.
Una risa sarcástica hizo que mirara a mi hermana, Eun-ji nos miro a los dos con los brazos cruzados.
-pues habrá sido amable solo con los demás Jackson, esa tipa me miro a mi y juro por la mirada que me dio, que me deseo la muerte.
Estaba a punto de hablar para decirle a mi hermana lo exagerada que era cuando toda la cafetería quedo en un fino silencio que hasta la misma mosca podría ser capaz de romperlo. Decidí voltear hacia la entrada del lugar para saber porque todos miraban hacia esa dirección.
Una chica rubia, vestida de rosa pastel iba agarrada de un chico pelinegro, parecían polos opuestos, y no solo hablaba por la manera en la que iban vestidos, si no porque literalmente todo en ellos decía que tenían personalidades distintas.
Deje de mirarlos una vez que escuche un suspiro y un resoplido, no hace falta decir a quien le pertenece cada uno.
¿No te lo dije? - Jack sonrió triunfante - esos dos parecen unos dioses griegos.
No es para tanto - respondí con aburrimiento, siendo sincero no les veía nada del otro mundo- solo son dos adolescentes normales.
¡Gracias, Al fin alguien cuerdo en medio de este tumulto de burros! - Eun-ji exclamo con algo de calma y alivio en su voz.
Ignore la mini discusión que Jack y Eunie comenzaron, una parte de mi no pudo evitar mirar sobre mi hombro a esos dos "supermodelos" como los apodan muchos ahora. Fruncí mi ceño cuando los observe de manera detenida, sus ojos viajaban de un lado a otro, como si trataran de encontrar a algo o alguien.
Un escalofrió recorrió toda mi espalda cuando mi mirada se encontró con la de ellos, los rostros de esos dos se relajaron de una manera muy obvia y la sonrisa de aquella rubia creció tanto que podría hacerle competencia a Jackson.
Pero eso no me importaba ahora, me encontraba extasiado por sus ojos, grises y ónix, una combinación rara pero extrañamente... reconfortante.
¿En donde había visto yo ese color de ojos?
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