Capítulo Tres: 𝐑𝐨𝐦𝐩𝐢é𝐧𝐝𝐨𝐦𝐞.

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    Me encontraba en la cocina, preparando el desayuno como siempre. Para que Donnie no esté en tanto movimiento. Físicamente me encontraba en la cocina, cortando con suavidad y con cuidado por mis dedos; mentalmente me mantenía en mi hermano. Intentando descifrar sus inentendibles facetas, sus nervios y su secreto que, me provocaban tantas dudas. 

Y aquel momento, aquella primera vez que lo hicimos... ¿Por qué lo había hecho? ¿por qué accedí? es mi hermano, y, no me sentía preparado, no mentalmente. Todo fue tan repentino que no llegue a comprender hasta que me había despedido de él.

Lo hice para hacerlo feliz, ¿no? el fue el que deseaba aquel momento. Y yo se lo cumplí; nunca sentí de aquella sensación que, me fue extraña al principio pero, la fui disfrutando. Hasta que continuo. Una, y otra y otra vez. Sentía por dentro que me asustaba. ¿el también lo estará? ¿o solo me esta usando? para su hambre carnal. Para que estuviese aliviado ¿no?

Me esta usando. No pienses así, Mikey. Es claro que te quiere, solo que, le cuesta expresarlo de la manera correcta.

Claramente pensar demasiado no hace bien. Pero mis dudas eran muchas; tanto que desbordan, y solo pienso en ellas en busca de una respuesta, fácil y sencilla. 

— ¡Auch! —grité sacando mi mano de la tableta donde cortaba las verduras. Tenía una cortada. Por no prestar atención, genial.

Cuando lave mi mano y procedí a colocarme una curita en aquel dedo herido, coloque aquellas verduras a la olla para que se cocieran, luego de colocarle los condimentos preparé los platos para comer, solo faltaba a que ya estuviera hecho. Me quede de brazos cruzados viendo a que finalizara de cocinarse la comida, noté una silueta acercándose a la cocina, tras voltear vi que Raphael se sentó en aquella banca. se tapaba el rostro. Estaba muy agotado.

— Buenos días, Rapha.

— Hola, Mikey...

— Te quedaste despierto toda la noche... —mi hermano no respondió y seguía sin sacar la mano de su rostro— ¿hay alguna pista de Leonardo?

El negó. Yo solo pude suspirar como lo hizo él, decepcionados. Después de tres semanas buscándolo y aun no había rastro de él.

me hartaba que no se pudiera solucionar.

— Y Donnie —Raphael habló, él ya sabia que fui a verlo y que lo estoy ayudando. Lo que no sabe es qué es lo que hago para que estuviese bien. No debía saberlo— ¿Cómo está?

— Umm bien, recuperándose.

— ¿Aún sigue igual?

— No se irá de un día para otro, le cuesta. Esta muy mal después de que leonardo no estuvo más aquí.

— claro, por leonardo. A él nunca le importó.

 — Así es, Rapha. Los hermanos solemos tratarnos mal comúnmente. En especial Leo y Donnie. Pero ahora le esta doliendo. Y lo estoy ayudando. Lo intento.

— ¿Y estás seguro que lo estas ayudando? créeme Mikey, se que algo pasa dentro de esa cabeza y no es por que nuestro hermano se fue. Donatello cambió.

— ¡¿Y que no ves que lo noto?! ¡Trato de ayudarlo pero entiende que cuesta cambiarlo, estuvo durante meses extraño, con aquellas expresiones y, y... —empecé a trabarme, sintiendo un nudo en mi garganta, y mis ojos a dar un inmenso dolor de querer largar mis lagrimas. Escuché que la olla ya echaba humos de ser ignorado. Me di la vuelta y daba un respingo, trataba de controlarme. Aleje la olla del fuego y empecé a servir la sopa en los platos que saque, para Rapha, para Donnie y para mi.

Escuche a Raphael que suspira, rendido. No quería discutir, yo tampoco lo quiero. Prefiero a que descanse ahora por mantenerse despierto toda la noche, por buscar su hermano.

꧁𝕰𝖑 𝕮𝖔𝖓𝖙𝖔𝖗𝖈𝖎𝖔𝖓𝖎𝖘𝖙𝖆꧂- 𝔐𝔦𝔱𝔢𝔩𝔩𝔬 (✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora