O2 | Clavel Amarillo

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CLAVEL AMARILLO

Significado: Lo oculto
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Los claveles se cultivan desde hace más de 2000 años y se disfrutaban en la antigüedad griega y romana. Los amarillos a menudo se asocian con preguntas o misterios que aún no se han resuelto, o con secretos que esperan ser descubiertos.

LA CASONA de los Dalton se encontraba ubicada en un suburbio de la ciudad con edificaciones parecidas entre sí, árboles en las aceras y calles tranquilas

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LA CASONA de los Dalton se encontraba ubicada en un suburbio de la ciudad con edificaciones parecidas entre sí, árboles en las aceras y calles tranquilas.

No pasaba de ser como cualquier otra casa señorial de piedra, que denotaba a las claras las señales de la comodidad y del lujo, en la cochera grande, en los paseos que conducían a los invernaderos y en las cosas bellas entrevistas detrás de las lujosas cortinas, cuando cruzabas la puertecilla de metal hacia el portón por donde Enola siguió a Lady Rowena una vez se bajaron de la caleta que las había traído.

A primera vista, le pareció una casa bastante solitaria, sin vida; pues no había más niños que jugaran en el jardín delantero, ni el rostro de ningún anciano que contemplara el paisaje desde las ventanas, y con la excepción del matrimonio Dalton y su única hija, poca gente salía y entraba por la puerta principal. Los sirvientes, en cambio, debían usar las del servicio. O al menos eso intuía Enola, muy a pesar de que ellas nunca hubieran aplicado tal regla con la señora Lane.

Al entrar, se dio cuenta de que aquel sitio era un mundo lleno de placeres y esplendores, donde un ama de llaves de facciones alargadas, enfundada en uniforme negro y un delantal blanquísimo se acercó a ellas tras exclamar un "¡Su Excelencia! ¿Dónde se había metido?" tan aliviado como si hubiera pasado toda la mañana sin saber de su paradero. Tal parecía ser el caso de que su señora se había escurrido de su vigilancia para ir en busca de alguien que pudiera ayudarla personalmente.

━No se preocupe, señora Iggins. He ido a buscar ayuda.

━Pero... ¿Usted sola? ━la delgada anciana parecía estar a punto de hiperventilar━ Me hubiera avisado antes y yo habría mandado a preparar el coche, Tabitha incluso podría haberla acompañado. No es recomendable para una señora vagar por las calles con tanto peligro suelto.

━Afortunadamente no me pasó nada y logré dar con la señorita Holmes justo a tiempo ━la mirada que le dirigió la baronesa albergaba tanta esperanza que Enola sintió que se le rompía el corazón━ Sea bienvenida. Puede dejar su abrigo en el perchero, nuestro mayordomo renunció hace unas semanas así que no tenemos a nadie que lo haga por usted.

"¿Renunciar?", pensó vagamente mientras se deshacía de la capa color crema que le cubría los hombros. Aquel sería un dato interesante para llevar a su libreta de notas. No había que pasar por alto ningún detalle que pudiera ser sospechoso.

En lo que la baronesa comentaba algo con el ama de llaves, Enola se dedicó a inspeccionar el inmenso salón de visitas con la mirada, admirando las paredes cubiertas por tapicería roja, las imponentes escaleras que debían conducir a los pisos superiores y varios objetos decorativos que iban desde jarrones de porcelana fina a estatuillas con formas de animales pequeños como búhos, gatos, zorros y gallos de pelea. Estaba claro que la excentricidad no formaba parte de la familia Dalton, puesto que a pesar de todo el lujo, cada detalle de la decoración había sido escogido con cuidado e intención, sin presumir de la riqueza, pero dejando en claro a qué tipo de clase social pertenecían.

Enola Holmes & The Bouquet MysteryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora