Cap. 16 - [ Florecer ]

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–Lo siento Giselle, pero no

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–Lo siento Giselle, pero no.

Su respuesta fue sutil, rápida, precisa y... dolorosa.

Giselle se sintió mal al escucharlo.

–¿Por... qué? –preguntó desconcertada la omega.

–Porque no quiero, listo –el tono de Dongyuck se volvió algo duro, un tono que no usaba casi con su omega, pero ahora mismo su humor se había ido en un drenaje por la petición de Giselle–. Escúchame, realmente
no quiero que conozcas a ese tipo, no... no sería bueno que

–Conoces a toda mi familia -interrumpió Giselle, apretando más el agarre de sus manos–.¿Por qué no sé nada de la tuya? – Su tono tembló un poco al ver los ojos de la alfa, pero prosiguió:–. No soy tonta.. ¿Por qué me ocultas las cosas?

Donghyuck se tensó.

–¿Ocultar las cosas? –preguntó el, desconcertado.–No te oculto nada, solo no quiero que lo conozcas, ni a él, ni a mi hermano...

–¿Tienes un hermano?

–Sí, pero ese no es el punto, Ari –murmuró, suspirando fuerte, y se acercó a ella, viendola a los ojos, y queriendo suavizar su tono– No quiero que sepas nada de ellos
porque no te harán bien.

¿A qué se refería cuando decía que no le harían bien?

Giselle piensa en sólo en dos cosas, y es que si Donghyuck no la quiere presentar ante nadie de su familia es porque eran un estilo de mafiosos o porque Donghyuck se avergüenza de ella. Y tal vez estaba inclinándose más para la segunda opción.

Giselle era una persona muy insegura, incluso podría interpretar algunas palabras y sacarlas fueras del contexto para dar en blanco a otro significado. Era un punto muy en contra que había desarrollado desde cachorrita pese a que su familia se la ha vivido recalcándole lo grandiosa hija y/o hermana que era. Suspiró, sintiendo algo apretar en su pecho.

–Son malas personas... y no quiero que nos perjudiquen.

–¿Tu papá sabe de mí? –cuestionó la omega, sus ojos gatunos un poco aguados.

El pelirrojo asintió de inmediato.

–Sí sabe de tí, cariño –sus grandes manos tomaron los mofletes abultados de su omega y pegó su frente con ella–Jamás te
ocultaría de alguien..

–E-Es que pienso q-que te avergüenzas de mí

–No –negó de inmediato Donghyuck, lastimado por las lágrimas de la más pequeña– Eso jamás, yo te amo y te adoro como más que a nadie en este mundo. Jamás me avergonzaría de tí, jamás me dará la mas mínima gota de verguenza decir "Uchinga Aeri" es mi novia, mi omega porque, la verdad, me enorgulleces. Tú –le dio un beso en la mejilla–, tus virtudes, y tus pequeños defectos, son perfectos para mí ¿Si? No pienses eso.

Sin embargo, aunque ella sea insegura, Donghyuck estaría ahí.

Y con eso cada parte de ella se transformaba en algo magnífico, algo único.

Era como si el alfa tuviera un poder en manos. Como si el amor que proporcionaba cada letra que desprendían de sus labios, diciéndole lo bonita que era, hacían de ella florecer. Giselle a veces sentía que era una flor marchita entre otras más vivas.

Giselle a veces sentía que todos podrían llegar a ser superiores a ellas.

Giselle a veces se detestaba... un poco, poquito.

Bueno, mucho.

Pero siempre habrá un Donghyuck que le esfume cada inseguridad que poseia y, maldición.

Estaba enamorada. Sí.

Giselle miró a Donghyuck, y la abrazó.

–Te amo mucho, por favor, jamás me dejes.

–Jamás lo haré, Gigi.

Jamás lo haré.

Pero ¿Qué hay de Giselle?

¿Jamás la dejará a el?

¿Jamás la dejará a el?

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#᯽ 21/05/2023 - 17:05

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