Comienzo.

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La primera vez que Takemichi se dio cuenta de que algo andaba mal, fue cuando se dio cuenta de que estaba viviendo en un bucle sin fin. Sus movimientos, su comportamiento, sus palabras y acciones siempre parecían ser controladas para llevarlo a un final donde terminaba en una celda oscura y solitaria. 

Luego, como segunda y última vez que se dio cuenta de que todo estaba definitivamente mal, fue cuando su padre, dueño de la elevada posición de duque y jefe del ejército imperial; lo comprometió con la hija mayor del marqués y padre de familia Tachibana. Y no fue en sí su compromiso con Hinata Tachibana lo que estaba mal, si no sus recuerdos vividos de las miles de veces que había vivido esa misma charla con su progenitor.

“—Te he comprometido con la hija del Marqués de la familia Tachibana, no quiero tus quejas y espero que no me decepciones de nuevo—” Siempre eran las mismas palabras frías y distantes, en la misma habitación con los mismos sentimientos reprimidos de su parte. Había llegado a su habitación y había arrojado cualquier cosa que había encontrado a su paso; como tantas veces había sucedido. Sin embargo, esta vez, estaba consciente de que algo pasaba con su realidad; los mismos escenarios, las mismas charlas y los mismos comportamientos, todo sucedía una y otra vez después de que se desvanecía en la oscuridad en esa celda.

Hanagaki Takemichi no entendía nada. Y sus preguntas que parecían formarse en su cabeza una y otra vez parecían no tener respuestas. 

(...)

En los últimos días después de que su mente fuera un completo caos debido al terrible golpe que se había dado en la tarde del jueves de la celebración de las flores al caer de su caballo. Takemichi había tratado de buscar en los libros de su padre que había sido ese gran golpe de realidad que había sucedido de una noche para otra. Había buscado en libros de ciencia, sobrenatural e incluso en libros de alquimia. Pero no había nada relacionado sobre vivir infinitamente la misma realidad una y otra vez. Al menos no con respuestas coherentes que lograra entender.

Sentado en uno de los muebles que estaban en la oficina de su padre, Takemichi sólo puede suspirar frustrado mediante su fracasada búsqueda de respuestas a su malestar. Faltaban pocos días para que la familia Tachibana llegará y estaba de cierta forma nervioso. Y no de una manera nerviosa por conocer su futura esposa, si no de una manera frustrante que le hacían un revólver en la boca del estómago. Esa imagen de sí mismo en una celda completamente solo ¿se volvería a repetir cuando viera a Hinata? ¿Era acaso al menos esas imágenes reales?

Con miles de dudas y muchas más frustraciones, Takemichi acomoda lo que desacomodo en la oficina de su padre y salió directo al jardín a tomar aire fresco para despejarse. Mira el exterior en completa paz, mientras se encuentra sentado en una pequeña mesa al exterior mientras una sirvienta se acerca a servirle té. Sin embargo, como era de esperarse de una recién empleada, la joven mujer de cabello castaño se resbala y riega todo el líquido de la tetera encima del el.

El té está caliente, por lo que Takemichi se levanta de golpe.

—¿¡Qué te pasa!?—Sin poder evitarlo, Takemichi alza la voz enojado y dolido por el agua caliente. Pero rápidamente siente una opresión en su pecho con culpabilidad cuando ve a la mujer arrodillada de repente a sus pies disculpándose frenéticamente. Nuevamente ese golpe de realidad lo hace darse cuenta que en realidad algo estaba mal.

Ese sentimiento, de sentir lástima por otra persona. No recuerda haber estado escrito en su mente. Y fue eso lo que lo hizo sentir fuera de lugar.

—Joven maestro, por favor disculpeme. Lo siento, lo siento. Perdóneme se lo ruego—Dice ella con terror. Takemichi suspira, luego se agacha y alza la mirada de la mujer con su mano. Primero examina a la chica, sus ojos cafés están mojados por las lágrimas y está tensa por el repentino toque. Luego, con tranquilidad Takemichi ladea la cabeza.

—Suficiente. Fue un accidente asi que tranquilizate que no te voy hacer nada—Yumi sorbe su nariz, tratando de que los mocos no se le salgas. Takemichi por su parte está confundido consigo mismo, sobre todo porque sintió que sus acciones las hacía por sí mismo. Cierra los ojos y se incorpora, lanzándole su pañuelo a la sirvienta—Ten, límpiate la cara. Yo, me voy a cambiar.

Alejándose del jardín. Takemichi se da cuenta por el rabillo del ojo como otras dos sirvientas se acercan rápidamente a su sirvienta para comprobar su estado. Aparentemente, habían estado esperando a que se alejara para mirar a la sirvienta después de su accidente. Al mirar por un corto periodo de tiempo a las mujeres revisando con extensa preocupación a la castaña, Takemichi, ese adolecente friolento, odioso y egocéntrico que todo mundo odiaba, sintió arrepentimiento y culpa sobre lo que le hacía pasar a su servidumbre.

Puede que no comprenda lo que pasa ahora, pero sabe que un fragmento de él cambió completamente en aquel accidente a caballo.

Ellos le temían y él no deseaba eso.













▪︎ Debido a las nuevas normas de Wattpad, las ecenas explicitas de +18 seran publicadas en Inkitt. Aqui se  hara solo mencion de algunos dellates. 

▪︎ Las personalidades de los personajes no seran acorde a lo canon.

▪︎All×Take.




[Publicada:21/05/2023]

El Villano PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora