Habían pasado al rededor de dos horas y el rubio se había quedado dormido en el pecho de Obito mientras que el azabache estaba dormido pero aún así se mantenía alerta ante todo. Él sabía que no estaba seguro en ningún lugar ni en ningún momento, él sabía que no era un santo como muchos lo creían y por eso mucha gente lo buscaEl anochecer ya estaba presente y pasado unos minutos el Uchiha se despertó por el molesto sonido de su celular, lo agarró y contestó
— Quien? — Dijo serio, con su voz más ronca y más hostil que antes
— Soy Pain, Deidara está contigo? Hoy no vino a la prepa y estamos todos preocupados. Al igual que tu, estás bien? —
— Si está conmigo y ambos estamos bien —
— Bien me alegro, nos vemos mañana si vienen —
— Claro — Dijo el azabache antes de colgar sin esperar respuesta
Dejó su teléfono a un lado y miró al rubio, le daba pena despertarlo pero no importa
— Dei...ya es tarde —
El rubio abrió despacio sus pequeños ojos celestes y se enderezó quedando cara a cara con Obito
— lo siento, no pensé que me fuera a quedar dormido — Dijo Deidara apenado
— No te preocupes — Obito lo miro más detenidamente — Será mejor que te acompañe a tu casa, ya casi se va a ocultar el sol —
— Gracias —
Ambos se levantaron y se estiraron para después empezar a caminar a la casa del rubio, el sol ya se había ocultado y todo estaba oscuro. Las calles estaban casi vacías, había algún que otro chico fumando, algunos tomando. En fin, caminaron por un buen rato hasta que llegaron a la gran casa de Deidara
— Bueno. Acá es — Dijo el rubio un poco rojo
— Linda casa — comentó el azabache haciendo reír al menor — Supongo que nos vemos mañana —
— Te vas solo? —
— Si, no me va a pasar nada. Tranquilo —
— no, no me voy a quedar tranquilo si te vas solo. Mejor quédate, casi siempre estoy solo y la casa es muy grande para mi —
— Si insistes — Deidara se rió al ver lo fácil que había logrado convencer al mayor
Ambos entraron y en la sala estaba Yuuna esperando al rubio, nunca llegaba tan tarde
— Deidara! Viste la hora que es? — Lo regañó la mujer cuando el rubio puso un pie dentro de la casa
— Yuuna, tranquila ya estoy acá. Además no me vine solo —
Atrás de Deidara entró Obito, tenía su máscara ladeada solo dejando a la vista su boca y la punta de su nariz
— Ooh, es amigo tuyo? Como se llama? —
Deidara miró a Obito como buscando una aprobación para decir su verdadero nombre y el azabache asintió con una sonrisa juguetona
— Es Obito, un amigo de la prepa —
— Ya veo, mucho gusto y gracias por traer a Deidara. Es muy despistado y tal vez si venía solo no llegaba en una pieza sola — Le agradeció la mujer al mayor haciendo que este se ría
— Yuuna! — se quejó el ojiceleste ruborizado
— Hablando en serio, gracias Obito —
— No es nada señora —
Siguieron hablando animadamente mientras la mujer ponía los tres platos en la mesa para cenar, Deidara había insistido en que ella cenara con ellos y no tuvo otra opción más que aceptar ya que para estar sola en su casa mejor se quedaba acá con los chicos
Cenaron entre risas y anécdotas graciosas que Yuuna contaba de cuando Deidara era pequeño. Obito se reía de las anécdotas que contaba la mujer y de vez en cuando sonreía al ver el rubio sonrojado, se le hacía sumamente tierno
Terminaron de cenar y Yuuna se fue a su casa, ya era tarde y Deidara le dijo que cuando llegue le avise así se iba a quedar tranquilo. Arreglaron el sofá cama de la habitación para que Obito durmiera ahí
— Sácate la máscara — Dijo Deidara, ambos estaban sentados frente a frente en la cama del rubio jugando verdad o reto
— Otro reto — Dijo el azabache
— que me muestres una foto tuya sin máscara — El rubio definitivamente se quería salir con la suya
— Es en serio? —
— Si — afirmó el rubio con una sonrisa
— Ya que —
Obito se quitó despacio su máscara y abrió sus ojos haciendo que Deidara se pusiera totalmente colorado al ver lo guapo que este era
— Eres hermoso! — afirmó Deidara agarrando a Obito de la cara
El azabache se ruborizó haciendo que el menor estallara en risas
— Ah queres que te de un motivo para reir? —
Obito empezó a hacerle cosquillas haciendo que el ojiceleste se retuerza como gusano abajo del azabache
— Y-Ya basta Obito! —
— Mm..no se déjame pensarlo —
Unos minutos después Obito ya había parado de hacerle cosquillas al rubio y ambos estaban muy cerca mientras sonreían
Obito miraba los bellos ojos azules de Deidara, le encantaba sus ojos. Eran como dos diamantes, mientras que el rubio se sentía intimidado por la penetrante mirada de el Uchiha hasta que el azabache empezó a acercarse cada vez más a el rostro del rubio
Sus respiraciones se mezclaban, sus labios estaban a centímetros de distancia hasta que Obito acortó esa distancia besando dulcemente al rubio el cual se quedó estático y muy rojo. Poco a poco había empezado a corresponder pasando sus manos por la nuca del mayor acariciando el pelo de este...