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Omniciente.
Refugiándose de la lluvia bajo uno de los tantos puestos del festival, ambos amigos se mantenían en silencio.
El chico pelirojo no dejaba de admirar a su acompañante. Se encontraba idiotizado mirando las gotas de agua resbalar por su liso cabello negro.
No había duda, estaba enamorado.
Respiró profundamente, no dejaría que la noche se arruinara por una llovizna. Había ideado un plan junto con sus amigos y lo seguiría al pie de la letra.
Lentamente y decidido, se acercó al cuerpo de la chica.
Ella lo miró confundida, le tomó por sorpresa su repentina acción y al notar la decisión de su mirada decidió quedarse quita, mirando atentamente sus movimientos.
Tomó el rostro de la pelinegra entre sus manos, pero antes de lograr algo más, un particular tono de llamada interrumpió el momento.
Akkun se alejó asustado. Maldijo en voz baja mientras buscaba con desesperación su teléfono.
—Más te vale que esto sea importante, Yamagishi —amenazó el pelirojo cuando contestó la llamada.
—Bueno, depende de lo que consideres importante —respondió el amigo.
—Ve directo al punto — lo regañó. Miró de reojo a la chica, antes de susurrar— Estoy en medio de algo.
—Oh~ —emitió en burla el de lentes— ¿Lograste algo con ella, campeón?
—¡Yamagishi, ve al punto! —gritó, rojo de la vergüenza.
—Takemichi está en problemas —exclamó serio, todo rastro de burla había desaparecido.
—¿Dónde está? —preguntó directamente.
Tras saber la ubicación, Akkun cortó la llamada con rapidez.
—Perdoname por tener que dejarte aquí —avergonzado, hizo una leve reverencia— Takemichi está en problemas.
—¿Él está bien? —preguntó con fingida preocupación, pues sabía perfectamente lo que estaba pasando.
El chico la ignoró por completo, mientras se amarraba las agujetas de sus tenis.
—Perdón, ___ —se disculpó nuevamente, antes de salir corriendo.
Ya estando sola, la chica sonrió, le causaba algo de gracia las reacciones de su amigo al estar con ella.
Aún así, ya era momento de irse, la lluvia había parado y ya no tenía nada que hacer allí.
Lentamente caminó lejos del festival, maldiciendo por lo bajo gracias al frío que sentía.
