Parte 4

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—Anda Volkov, por favor, vamos a pedir algo para merendar en el café de tu futuro novio— Insistió Greco tirando de la camisa que traía Víktor.

—Greco por Dios, hace 1 hora estabas devorando todo lo que había en la boda— Regañó al de barba. Ese día una pareja de famosos habían contratado su servicio para que sea quien fotografiara en su boda, usualmente el ruso no realizaba aquel tipo de servicios, pero al ser un actor y modelo ya conocido, terminó aceptando, sin mencionar que la cantidad de dinero que ofrecían era difícil de rechazar incluso para alguien como él que antes del dinero estaba su comodidad.

—Pero estos ricos sirven una mierda y media en su buffet, que con eso no me lleno ni comiendo toda la puta mesa— Susurró como si fueran a escucharles cuando en realidad era imposible ya que el evento había finalizado y ambos se encontraban revisando las fotografías.

—Sabías que la gula es pecado?— Menciona guardando su cámara.

—Gula la que tu sientes por el morenazo de ojos bonitos— Le codea pícaro.

—No lo llames así, tiene nombre— Casi gruñe lanzándole una mala mirada.

—Vale, perdona, por Horacio, pero no lo has negado eh.

Víktor guarda silencio empezando a caminar hacia su vehículo junto a Greco quien aflojaba la corbata de su traje.

—Vamos? Prometo no volver a decir ninguna burrada— Levanta la mano en forma de juramento colocando la otra sobre su corazón y seguidamente sube al coche del mayor.

—No sé para qué te pedí que me acompañases, si no había escenografía para arreglar— se reprocha a sí mismo.

—Porque me amas y porque no toleras estar en una fiesta rodeado de desconocidos— le recordó tirando su corbata a los asientos traseros del vehículo.

—Uno, quisieras, dos, en eso si tienes razón.

Empezó a conducir rumbo al café esperanzado de que Greco no dijera ninguna tontería.


•••


—Gracias!— Agradece en un grito Horacio al recibir la escoba que le había pasado Gustabo.
Ese día al parecer hubo un desfile de personas con el zapato sucio y el piso, que siempre intentaban mantener impecable, estaba polvoroso.


Colocó en su móvil música para que sonara en el local y empezó a barrer despacio cuidando de no hacer volar el polvillo por todo el aire.

"Accidentally in Love" de Counting Crows sonaba a un volumen algo superior a lo que correspondía y por un momento Horacio se dejó llevar. Meneaba las caderas y cabeza al son de la canción mientras barría y de vez en cuando pegaba algunos saltitos leves olvidándose completamente de donde se encontraba.


Well maybe I'm in love —Cantaba alto —love — Repitió junto a la canción.

La puerta se abrió y por la emoción al estar cantando aquella canción no se percató de aquel sonido.

Can't stop thinking abou-—Su canto fue detenido al chocar en seco contra algo, más bien, alguien.

Con total vergüenza y apunto de disculparse cansinamente volteó apoyándose de la persona al haber sido sujetada por esta.

Sus ojos dieron con aquellos océanos tan hermosos y tuvo que tragar en seco mientras luchaba por no sonrojarse.

Una sonrisa se dibujó en los labios del más alto mostrando levemente su dentadura y Horacio se sintió desvanecer, era la primera vez que lo veía sonreír de esa manera y no de labios cerrados.

𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎 𝐀𝐌𝐎𝐑 • 𝐕𝐎𝐋𝐊𝐀𝐂𝐈𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora