¿Así es cómo se ve un corazón roto?

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Mi teléfono sonó, eran los chicos que me llamaban para abrirles la puerta de mi casa. Les recibí con un abrazo y me siguieron hasta la zona donde íbamos a estar. Al llegar, mis amigos que estaban esperando para sorprenderlos, le dieron play a la canción de cumpleaños feliz y los tres chavales se quedaron con cara de póker. Incluso Percy me llegó a preguntar de quien era el cumpleaños.

Pasamos una tarde divertida, entre risas, bailes, juegos, nadie quería que esto terminase. Lamentablemente al día siguiente había que acudir a clases, así que debíamos despedirnos, no sin antes darle a cada uno su regalo de cumpleaños. A Peter le regalé una blusa, a Percy una botella específica para el gimnasio, y a Jason una gorra blanca y negra, la cual pareció gustarle bastante. Abracé a todos antes de que se fueran, pero lo gracioso llegó cuando Jason me abrazó tres veces en menos de cinco minutos. Hay veces que no entiendo si es que le gusta jugar conmigo, o simplemente tiene un trastorno de bipolaridad.

Esa semana se comportó muy raro. Por ejemplo, uno de los días literalmente hizo que no existía, y al día siguiente me da una palmada en el hombro diciendo que iba a aprobar un examen sin estudiar, para luego irse a su clase y volver a salir para abrazarme solo a mi, y volver al aula, o cuando a mediados de octubre tenía que presentarme a un importante examen que él sabía que tenía, ya que me había llamado para preguntarme como lo llevaba y cuando entré por la puerta del centro  me abrazó como un oso para darme confort y desearme mucha suerte. Lo gracioso es que al día siguiente si me dijo "Hola", hasta mucho fue.

Esta clase de comportamiento, tan cercano en algunos casos y tan lejano en otros. Hizo que Percy y Vanessa empezasen a sospechar que Jason estaba enamorado de mi, pero yo les dije que eso era imposible ya que en muchas ocasiones me había dicho que me quería como amiga.

Continuamos con la misma dinámica de un día eres el centro de mi mundo y al otro si te he visto, no me acuerdo. Hasta cierto punto, la confusión que me generaba me molestaba. Una no puede desenamorarse tranquila, si el implicado hay veces que ni me habla, pero luego se preocupa por mi. Justo cuando creo que por fin voy por el buen camino para olvidarme de él, reaparece con sus actitudes dulces.

Circunstancias de la vida hicieron que dejara de preocuparme por mi amor platónico para empezar a preocuparme porque el grupo de amigos se rompió. Tristemente, lo que había hablado con Marina de una posible infidelidad por parte de Amber a James con Ander, llegó a la realidad. Ese día, al salir de clases, Jason me llamó para contarme el bombazo del año. 

- Michelle, mis amigos me acaban de contar algo muy fuerte. Yo no lo he visto, pero estoy 100% seguros de que no me mienten. - Jason parecía preocupado mientras hablaba.

- ¿Qué pasó? - Pregunté intrigada.

- Cuando iba de camino a casa, mis amigos me preguntaron si Amber y James habían roto, a lo que respondí que no. Pero es que tras yo decir eso, me sueltan: "Ayer vimos a Amber y Ander besándose en el pueblo". 

- ¡No jodas!

- Puede que no lo haya visto con mis propios ojos, pero si he estado presente cuando se besan en la mejilla o se dan la mano. Esto corrobora lo que llevamos pensando desde verano. 

- Jason... ¿No crees que va siendo hora de que James abra los ojos?

- Sí. Hablaré con él.

Por la tarde, en lo que ayudaba a mis padres a decorar unas mesas para una fiesta que habían alquilado en mi casa, James me llamó. Cuando tomé la llamada, su voz denotaba tristeza. Me preguntó si podía confiar en mí, en que le dijera la verdad. Obviamente le dije que sí. Me preguntó si yo sabía algo y le conté todo lo que había visto. Me sentí fatal, ya que en muchas ocasiones se le quebraba la voz o lloraba.

Le dije mis sospechas, desde cuando pensaba que en su relación había algo raro, los besos, las tomadas de mano, los abrazos, todo. Todo lo que se salía fuera de un comportamiento normal entre amigos.

Al llegar la noche, en llamada con James, Jason y Alan, el hermano de Ander, salieron a la luz muchas cosas. Resulta que el hermano pequeño de Ander, había visto varias veces a Amber en su casa con su hermano cuando no había nadie. Ese fue motivo suficiente para que James llamase a Ander y le preguntase si su novia le estaba poniendo los cuernos con él. La respuesta del chico no varió nunca del "No".

James, ya derrotado con la situación, terminó por preguntarle a Amber directamente. Le dijo que no le mintiera, que tenía testigos, que tenía pruebas, y que lo que menos tenía en ella en ese momento era confianza. Aún así, mi amiga tuvo el descaro de mentir. Le negó todas las acusaciones a la persona con la cual había compartido tres años de su vida. Encima, para rematar, ella le dijo a él, que la relación estaba tan rota y falta de confianza por su poca preocupación en ella. Le culpó a él de que ya no fueran felices juntos.

Unos días más tarde se hizo oficial la ruptura, y con la separación de la pareja, cada vez se hacía más visible la división del grupo. 

Algo en mi forma de pensar y ver el mundo me impedía seguir siendo amiga de unas personas que engañaban a otras y pisoteaban sus sentimientos, pero la parte coherente de mi cerebro decía que me convenía mantener la relación tanto con James, por obvias razones, como con Ander y Amber. Los dos últimos compartían clase conmigo, y por lo tanto, realizaba trabajos grupales con ellos. Si dejábamos de ser "amigos", lo único que obtendría sería dificultades para encontrar compañeros de grupo. Así que durante dos semanas fingí llevarme bien con ambas partes. Preferí no entrar en bandos como tal, aunque James y Jason sabían que hacía esto por mi rendimiento académico, no por gusto.

Esta farsa duró solo dos semanas porque ese fue el tiempo que duró Amber siendo amiga mía, pasados catorce días, ya ni me hablaba o saluda, en consecuencia, ni Ander, ni Shopie lo hacían. Y si, Sophie también pasó de mí, porque Amber y ella son como un pack. Lo que haga una, lo copia la otra.

Estuve un par de semanas sintiéndome mal, ya que había perdido a dos de mis amigas de hacía casi seis años, pero desde luego, el que peor lo estaba pasando en todo esto era James. El chico no levantaba cabeza, parecía un recipiente vacío que no se preocupaba por nada.

Al verle así, no pude evitar pensar: ¿ese es el destino que me espera?¿Así es cómo se ve un corazón roto?

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Ni yo misma sé cómo va a acabar esta historia, pero acontecimientos recientes están dando un vuelco a lo que tenía pensado que pasaría.

Antes de que continuéis leyendo, me gustaría que comentaseis si creéis que Jason y Michelle van a terminar siendo pareja o no. 

Como he dicho, esta historia se escribe a base de experiencias. Han pasado muchas cosas que todavía no he escrito, pero me parece divertido echar una tómbola ahora a ver quien acierta el futuro de la historia.

Gracias por leer.

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