Capítulo 5.

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08 de diciembre de 2022.
San Antonio, Texas.

Se acerca navidad, una fecha que deje de disfrutar desde que tengo 13 años. No me gusta, y sinceramente preferiría perderme en alguna cabaña en el bosque y no volver a la vida cotidiana hasta que sea año nuevo.

Pero se que eso no será posible por dos razones: mi abuela y Pato. Ninguno de los dos me dejaría estar sola en estas fechas, así tuvieran qué secuestrarme.

Así que no solo debo preocuparme por mi trabajo y el nuevo libro, en el cual tengo un bloqueo creativo horrible, sino que también debo agregar el estrés que me provoca estar con mi padre, su nueva esposa y sus dos hijos.

Y a eso debemos sumar que cierto rubio de ojos azules no sale de mi mente. Y ahora, gracias a Pato tengo una foto con él, y no puedo dejar de verla.

Es demasiado frustrante.
¿Cómo es que alguien que no conoces puede quedarse tanto tiempo en tu mente?
Además, Pato no deja de mencionarlo, aprovecha cada oportunidad para burlarse de mí.

Me siento abrumada, y a todo eso se suman mis problemas paternales. Estas fechas me hacen sentir infeliz y no traen buenos recuerdos. Y es frustrante que la única persona que puede entenderte y apoyarte está concentrarse en sus propias cosas.

Se que Pato dejaría todo por escucharme, pero no me parece justo hacerle eso. Quiero que deje de sentirse responsable por mi, que deje de preocuparse por mi y mis problemas. Es mi mejor amigo, por dios, ese hombre es mi hermano y quiero que sea feliz, que encuentre a alguien que lo ame, no de la manera en que yo lo hago, sino de la manera romántica.

Quiero que cumpla todas y cada una de sus metas, y es por ello que ya no puedo ser una carga para él. Es hora de ser una niña grande y hacerme cargo de mi misma.

No digo que lo echaré de mi vida, o algo por el estilo. Para que yo deje a Pato tendría que volverme loca, o el debería hacer algo horrible, como ser un asesino serial o algo así.

Pero enfocándonos, hoy definitivamente no es mi día, no dormí mucho que digamos y tengo un dolor de cabeza horrible que no me ayuda en nada. Tengo mil cosas que hacer, limpiar, hacer las compras, organizar y seguir intentando escribir.

El día se va demasiado rápido y cuando lo noto ya son cerca de las 6:00pm, no he tenido tiempo de revisar mi celular, o más bien no he tenido ningún interés, además lo puse en silencio para no distraerme y terminar rápido todo lo que tenía que hacer.

Me dedico a contestar mensajes de mi madre, realmente no me toma mucho tiempo, pues regularmente solo pregunta cómo estoy y si nos veremos antes de navidad, no somos muy cercanas, pero al menos lo intenta. Aprovecho para hablar con la abuela y confirmar mi asistencia a la cena de navidad, además advierto que al primer comentario ofensivo hacia mi persona de parte de la esposa de su hijo me iré de la cena y no pienso volver hasta que se vayan.

Se que no es justo hacerla escojer entre su hijo, sus otros nietos y yo, pero desde que su hijo se casó y me abandono con ella creo que lo mejor es mantener distancia. Aunque intentaré llevas la fiesta en paz por ella, se que ya es mayor y que lo único que intenta es que mi relación con ellos mejore. No importa cuánto le expliqué que es mejor para mi salud mental estar alejada de ellos, no quiero volver a ser la niña asustada y que odiaba su cuerpo por comentarios hirientes.

Para mí sorpresa no hay rastro de Pato por ningún lado. Nuestra última conversación fue ayer en la noche, aunque es un poco raro que el no de señales de vida se que está bien en el momento en que entró a instagram y veo que todo el día compartió stories con su hermana. Me hace feliz que esté pasando tiempo en familia.

Woman Like Me | Mick Schumacher✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora