7. Guerra

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La noticia sobre el segundo jade de GusuLan corrió más rápido que el viento en una tormenta, todo el mundo estaba feliz, la gente se regocija sobre el salvador que se levanta como un sol por la mañana. El gran Lan WangJi había vuelto al mundo, defendiendo a los inocentes, ayudando donde se necesitara, pero... en definitiva algo en él había cambiado.

Su tío Lan Qiren agradeció a los cielos cuando se dió el aviso de su regreso, a Lan Xichen le volvió un suspiro a su vida, los ancianos estaban agradecidos, y a la vez se sentían inquietos. El día que volvió fue una mañana de tormenta, el cielo estaba ennegrecido, y el aire estaba demasiado frío, los discípulos que estaban de guardia casi les da un infarto al ver una persona con vestimenta negra, desgastada y la mirada ida, caminando por la entrada como si nada, estuvieron a nada de enfrentarlo pero justo en ese momento reconocieron su rostro serio, en esta ocasión casi de difunto.

Si el tío Qiren lo hubiera visto, en definitiva no lo hubiera reconocido, su aspecto daba mucho de qué hablar, por un momento parecía que la mala influencia de Wei Ying le hubiera afecto, sin embargo era seguro que ellos no se habían visto en mucho tiempo.

Los discípulos le dieron la bienvenida y rompiendo un poco las reglas casi corriendo fueron avisarle al maestro Qiren para que viera a su sobrino, al oír la noticia quiso volar al Jingshi para verificar que él estuviera bien, y saber que le había sucedido. Sin embargo, decidió esperar a que el estuviera en condiciones para hablar, mientras tanto fue a preparar el té negro que le gustaba a su sobrino, poco despues Lan Xichen hizo acto de presencia en su habitación de manera silenciosa, ya que no fue avisado de su llegada.

La antigua imagen de Lan Wangji volvió a los ojos de los discípulos que lo vieron a primera hora, saludándolo más a gusto, al llegar a la habitación de su tío este le estaba esperando en la entrada quien lo hizo pasar inmediatamente, su sorpresa fue grande al ver a su hermano ahí, quien lo recibió con toda la alegría del mundo.

Los tres se sentaron a platicar, pero no fue lo que ellos esperaban, Lan Wangji no dijo mucho, solo que había ido cerca de la secta Jiang a buscar indicios de Wei Ying, pero no encontró nada, al contrario fue aprisionado por Wen Chao y hasta hace poco logró escapar, pero nunca dijo que pasó o dónde estaba, por más que Lan Xichen quiso leer las expresiones de su hermano estas no decían absolutamente nada.

Su pequeño hermano, Lan Wang Ji, ese párvulo indefenso y testarudo que estuvo horas afuera de la residencia de su difunta madre esperando que esta le abriera para recibir su cariño, ahora pareciera que regresó a ese tiempo. Quién está enfrente de él, no es un adolescente sino un niño perdido, serio y lóbrego, sus ojos ya no tenían ese brillo de antes, más bien estaban apagados como los de un muerto, y su espada que apenas había sido devuelta, no daba el mismo aire que la hacía relucir.

A pesar de estar arreglado su aspecto se veía más pálido de lo normal, estaba más flaco pero a la vez se veía mayor, sus ojos demostraban la falta de sueño, pero técnicamente él estaba bien. Después de disfrutar de una pequeña comida, Lan Xichen se retiró en seguida ya que no podía dejar mucho tiempo sólo su puesto, mientras que Lan Qiren y Lan Wangji se dirigieron a ver a los ancianos.

Por más que los ancianos lo cuestionaron no dijo ni una palabra, lo único que pudieron hacer fue obligarlo a quedarse unos días más para recuperar fuerzas, en las mañanas se quedaba meditando y entrenando a las afueras de los Recesos de la nube, durante sus tardes se encerraba en la biblioteca leyendo libros a montones de todo tipo, una hora antes del toque de queda iba al Manantial de agua fría a tocar inquiry, nadie se acercaba a interrumpirlo y por las noches se podía oír un quejido proveniente del Jingshi.

Después de siete días, sin decirle a nadie se fue de Cloud Recesses, mientras que a su tío sólo le dejó una nota en la puerta de su habitación diciendo que ya era hora de regresar al campo de batalla donde era necesitado en esta guerra. 

RemordimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora