Capítulo 2

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Aquella mañana me desperté muy cansada, notaba la falta de sueño, no quería salir de la cama.
Ya empezaba a hacer más frío y era otro día nublado de los de siempre, empezaba a odiar el tiempo de aquí, quince años de cielos nublados, a penas había días diferentes, solo cuando llovía o nevaba.

Me levanté de la cama despacio y con los ojos entrecerrados fui caminando con los brazos medio extendidos tanteando en la oscuridad hasta llegar el baño.
Lo primero que vi al entrar fue mi reflejo en el espejo.
Tenía la cara fatal, el contraste que hacía mi piel clara con las ojeras tan marcadas que tenía no ayudaba en nada. Tenía marcas de la manta en las mejillas y mi pelo tampoco estaba muy bien, estaba muy despeinado y era tan negro que se notaba mucho más cada pelo que estaba fuera de lugar.

Bajé a desayunar cuando mi padre estaba acabando de colocar mis tostadas en un plato. Comí rápidamente, me despedí de mis padres y salí con prisa mientras me ponía las botas.

Había quedado con mis amigos en casa de Sophie, tenía la casa más grande y solíamos subir a su habitación a jugar.
La verdad no tenía una relación muy buena con ella desde que llegó James. Siempre estaba pegada a él, se ponía muy tonta, era muy molesta.

Al salir me di cuenta de que había nevado esa noche, había nevado mucho. Caminé con dificultad hasta llegar a la plaza del pueblo. Allí se encontraban Thomas, excesivamente abrigado y Michael con tan solo un jersey rojo de punto que resaltaba su pelo liso y oscuro bajo un gorro a juego. No tenían puto intermedio.

Cuando me acerqué a ellos les pregunté por el resto.

- ¿Dónde están Sophie y James?

- Sophie nos dijo que ella se quedaba en su casa, que no le apetecía salir con esta nevada- me respondió Thomas - Y James no tengo ni idea, no le hemos visto.

Suponía que James no había venido porque le habrían castigado después de lo de ayer, pero me equivocaba.

- Bueno, pues vámonos ya.

Caminamos lentamente entre la nieve hasta llegar a casa de Sophie.

Cuando abrieron la puerta supe porqué no había venido James.

Él ya estaba allí, seguramente Sophie se había puesto muy pesada, otra vez, para quedar antes con él y estar a solas. Me ponía de los nervios.

- Hola chicos, os estábamos esperando- dijo Sophie con la voz más falsa que pudo poner, aunque al parecer solo lo noté yo.

Se apartó para que pudiéramos pasar y colocamos nuestras botas sucias en la entrada. Antes de eso se me cayeron las botas "casualmente" por lo que acabó todo el suelo manchado con tierra y nieve.

- Ay Sophie, lo siento tanto...

Sophie me sonrió falsamente y al mirar hacia abajo y ver el estropicio se le fue la sonrisa.

- No pasa nada, luego lo limpiaré- dijo mientras intentaba no parecer molesta.

Subimos a su habitación y me senté al lado de James en la cama, Thomas se sentó en la silla del escritorio y Michael en la alfombra rosa que estaba enfrente de la cama recostándose sobre esta.

Aproveché que Thomas y Michael estaban hablando de algo que les había pasado por la mañana para hablar con James.

-¿Cómo es que has llegado antes?- Le pregunté intentando que pareciera mera curiosidad.

- Ayer, cuando volvíamos a casa y vosotros ya os habíais ido me preguntó si quería venir antes, que así no tendría que estar fuera esperando y que quería decirme algo.

En ese momento, cuando estaba a punto de preguntarle de que quería hablar, entró Sophie. Primero miró a James con una gran sonrisa pero después se dio cuenta de que yo estaba a su lado.

La TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora