Sarah iba subiendo con premura las escaleras del edificio de residencia escolar hacia su dormitorio luego de haber tenido su último entrenamiento con las cheerleaders. Reunión en la que el equipo había aprovechado para adelantar un poco de las estrategias que pondrían en ejecución el año lectivo venidero y también para hacer un pequeño festejo de bienvenida a las vacaciones, como ya era tradición.
Se sentía feliz. En poco tiempo había conseguido hacer nuevas amistades y lo mejor, sin tener que perder su esencia personal o cambiar su modo de ser. Su experiencia como animadora, algo que se le diera de la manera más peculiar, le había traído una motivación especial y felicidad a su vida, aparte de permitirle encontrarse a sí misma y desestresarse de las preocupaciones cotidianas al descubrir en sí misma un gusto por el deporte que no sabía que poseía. Sabía muy bien por todo ello a esas alturas que jamás se arrepentiría de haber aceptado la oportunidad de formar parte de ellas, así algunas de sus compañeras de curso no tuviesen mucha fe en su persona al principio o no terminaran de verla con buenos ojos. Lo importante era que la actividad le gustaba a ella y además (de manera muy especial) que le encantaba a su Amor verla desempeñarse en la misma. El resto de opiniones sobraba.
A
hora tenía presente que competiría en el Campeonato Intercolegial el año venidero y la certeza, después de que él le diera su palabra, de que estaría allí a su lado apoyándola, como había logrado con su magia hasta entonces, lo que le colmaba el alma de emoción.
De repente su existencia, otrora a veces en extremo aburrida, había cambiado para bien en un giro de 180 grados, sobre todo desde que Jareth entrara en su universo personal, y ahora, luego de haber convivido en la misma edificación varios meses, él dividiendo sus actividades entre dos mundos por estar en su compañía, al hacerse pasar por el joven y apuesto asistente de la Enfermería del colegio siendo el rey de Underground; estaba segura de que había encontrado el amor verdadero. Lo sentía aparte de bullir en su corazón y crecer cada día, al estar dispuesta a seguir guardando con paciencia (algo tan difícil en ella) las apariencias frente a otros y disimulando su afecto hasta que transcurrieran los largos dos años que le quedaban en adelante por finalizar sus estudios, con tal de alcanzar al final el premio tan anhelado de llegar a tener una vida junto a él. Cada día lo adoraba más.
Y había tenido éxito hasta allí, pues nadie aparte de Alice, sospechaba que entre los dos podía estarse suscitando algo, y por supuesto ya que Jareth o mejor dicho David J. se encargaba de borrarle la memoria a quien o quienes en un descuido de ambos (aunque muy pocas veces ocurriera) les hubiesen llegado a pescar juntos.
Habían soportado así los dos, meses de encuentros furtivos y breves pero cargados de emoción que reconocían valían la pena.
Por otra parte pero no menos importante, pues esto la preparaba para la vida que tendría en el reino del subsuelo, Sarah había aprendido a soportar que él fuese el centro de atención de casi todo el alumnado, bien pudiendo decir de tal modo que ya estaba entrenada en cuestión de soportar celos para poder ser tranquilamente la novia de una estrella musical o artista de cine, aunque en su caso era mucho mejor, la de un enigmático y super atractivo Rey.
Pensar en todo aquello lograba que su buen ánimo de ese día estuviera al tope y la alegría que había sentido al despertarse por la mañana sabiendo que comenzaba la previa al inicio del verano, solo se había incrementado con el pasar de las horas.
Lo único que quería entonces era llegar a la alcoba, cambiarse el uniforme deportivo (que por cierto no podía dejar de reconocer en su interior para su dicha que le quedaba muy bien), dándose una relajante y larga ducha por supuesto previamente y proceder a arreglarse al final para lucir hermosa, radiante y cautivadora en cuanto llegara la hora de reunirse con él. El mágico momento por el que había estado esperando ansiosa durante semanas.
ESTÁS LEYENDO
Un Camino Entre Las Estrellas
FantasyElla una joven El un rey Ambos de mundos diferentes El la ama Ella lo admira Pero que sucedera despues de que ella le vencio en su propio laberinto? Soportara estar sin el? Lo llegara a amar? Estaran juntos?