𝙄 𝙝𝙖𝙩𝙚 𝙮𝙤𝙪 | 𝗳𝗿𝗲𝗲𝗻𝗯𝗲𝗰𝗸𝘆

Ruptura

"Becky eres una idiota." Becky susurró para sí misma, secándose las lágrimas. Agarrando su bolso de la mesa apresuradamente, salió de la habitación. Miró a izquierda y derecha tratando de localizar a Freen.

¿A dónde fue? Becky pensó en pánico. Ella todavía estaba en estado de shock por lo que acababa de suceder en esa habitación. En un momento todo fue perfecto, y al siguiente todo se derrumbó, irónicamente gracias a su propia estupidez. ¿Cómo diablos podía hacer eso y pensar que eso no la lastimaría? Idiota, maldijo mentalmente.

Becky rebuscó en su bolso buscando su teléfono. Al desbloquearlo, marcó el número de Freen, pero este la envió directamente al buzón de voz. Gimiendo de frustración, entró en el salón de baile, donde la fiesta estaba terminando lentamente.

Buscó a Freen, pero no se la veía por ningún lado. Sin tener en cuenta que se suponía que no debía ser vista con Freen o buscándola, se dirigió directamente a su amiga Looknam, que estaba sentada con algunas personas. Looknam arrugó la nariz con disgusto cuando notó a Becky.

"¿Dónde está Freen?" la castaña demandó severamente. Looknam se puso rígida en su asiento, obviamente sorprendida de que Becky la estuviera reconociendo e incluso hablando con ella.

"No la he visto." Looknam frunció el ceño con confusión. Looknam la miró, notando que la castaña parecía particularmente distraída y presa del pánico, y no ella misma. "¿Qué quieres con ella de todos modos?" le preguntó a Becky bruscamente, con un toque de genuina curiosidad en su voz.

"No es asunto tuyo." Becky respondió fríamente, girando sobre sus talones y dejando confundida y molesta a Looknam mirándola.

Le envió un par de mensajes de texto a Freen, disculpándose y pidiéndole que hablara. Nada. Intentó llamarla de nuevo. Nada.

Sintió que las lágrimas le picaban en el fondo de los ojos de nuevo. Se mordió el labio con fuerza tratando de recomponerse. No quería que nadie la viera en este estado de ánimo. Fue a pasarse las manos por el cabello y se dio cuenta de que todavía estaba recogido en un moño inmaculado.

Enfadada con eso, desabrochó las pinzas, dejando que su cabello cayera libremente por su espalda. Se preparó para esta noche con tanto cuidado, queriendo dejar a Freen sin palabras.

Quería hacer algo bueno por Freen, demostrarle que se preocupaba, pero al final se las arregló para arruinarlo todo de alguna manera. "Idiota." murmuró para sí misma de nuevo.

Este fue uno de los raros momentos de la vida en que Becky se sintió completamente indefensa. Se dejó caer contra la pared, cerrando los ojos, la calidez de los labios de Freen y su reconfortante olor aún persistía en su piel. El dolor sordo en su pecho solo se intensificó, haciéndola apretar los puños con desesperación.

Clavándose las uñas en las palmas de las manos y apretando los dientes con fuerza, no logró contener las lágrimas. Fluyendo libremente por sus mejillas, Becky pensó en las palabras de Freen.

¿Estaba a punto de decirme que... me amaba?
Becky se preguntó a sí misma, la comprensión de la magnitud del daño que causó, provocó un sollozo desgarrador de su garganta. Mordiéndose los nudillos para evitar el dolor emocional, se apartó de la pared y corrió hacia la salida, sus tacones haciendo clic en el suelo pulido.

Sin prestar atención a su entorno, chocó con alguien al salir. Sosteniéndola por los hombros, el chico estuvo a punto de disculparse hasta que notó con quién chocaba.

"Tú." Escupió Heng, aumentando su agarre sobre los hombros de Becky.

Becky se secó las lágrimas rápidamente, tratando de zafarse de su agarre. "Déjame ir."