Una hermosa mentira

Nos quieren?

Los gritos despertaron a Bingo y Bluey Heeler de 4 y 6 respectivamente. Era algo habitual, su padre llegaba ebrio a casa y Chilli, su esposa y madre de Bingo y Bluey, le reclamaba por llegar en este estado.

-OTRA VEZ LLEGAS BORRACHO!? CUÁNTAS VECES TE DEBO DECIR QUE NO VUELVAS A ESTA CASA EN ESE ESTADO!?- gritó Chilli.

-CALLATE ESTÚPIDA Y DAME DE COMER QUE TENGO HAMBRE!- gritó Bandit.

-NO ME FALTES AL RESPETO! YO SOY TU ESPOSA Y ME DEBES OBEDECER!- respondió Chilli.

Bandit le dió un puñetazo en la cara a Chilli, la cual cayó al piso mientras se limpiaba la sangre de la nariz.

-Me has roto la nariz, imbécil!- dijo Chilli.

-No sirves para nada mujer! Ni siquiera eres buena en la cama!- le dijo Bandit.

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Mientras Chilli y Bandit seguían discutiendo, Bingo y Bluey se abrazaban mientras se lamentaban.

-Porque Papi y mami discuten tanto, Bluey?- preguntó Bingo.

Bluey no tenía respuesta para esa pregunta. Ella misma también se la hacía. Porque sus padres no eran como los de las series que veían en la televisión? Porque sus padres discutían por todo? No las amaban?

Ella soñaba con tener una familia amorosa y con la que ella se sintiera segura y feliz. Deseaba que su hermana estuviera rodeada de amor y cariño, pero en su lugar su padre llegaba ebrio todos los días y cuando su mamá se iba a trabajar, su padre las hacía jugar un "juego" que a ellas no les gustaba y que las lastimaba.

Y no le podían decir a nadie que ocurría.  Estaban atrapadas en una familia violenta. Su madre se mostraba algo distante con ella, parecía que su favorita era su hermana Bingo ya que era muy parecida a su madre.

Después de haber ido al parque, Bluey se sentía triste porque su papá no le hizo caso. Ella quería que aceptara el trabajo que aquel extraño le dijo. Le gustaba mucho la idea de hacer felices a otros niños.

Después de que sus padres dejaron de gritar, tanto Bingo como Bluey bajaron las escaleras y buscaron a sus papás, no estaban en ningún lado. Fué cuando vieron una nota en el refrigerador:

"Niñas, tuve que llevar a su padre a un hospital para que lo ayuden a que no se vuelva a poner mal. Llamé a Frisky para que las cuide toda esta semana.

Las quiero
Chilli"

Bluey estaba emocionada, Frisky iba a venir a su casa para cuidarlas. Hace mucho que Bingo y Bluey no la veían. Se prepararon su almuerzo y luego de eso esperaron el autobús escolar.

Ambas se dirigieron a sus respectivas clases y estuvieron ahí hasta la hora de la salida.

Cuando llegaron a casa fueron recibidas por Frisky quien las saludó alegremente.

Platicaron y jugaron hasta que se hizo de noche y Frisky las arropó.

Mañana les esperaba una gran sorpresa.