Recuerdos

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-¿Disculpa?- dijo la chica extrañada, con una mirada que decía "no sé de qué rayos me hablas".

-Perdón, te pareces a alguien que conozco- dije tratando de aceptar que aquella chica que tenía en frente no era Madison.

-¿Te vas a lanzar al mar?- pregunte regresando a la idea que se me había ocurrido.

-Eso creo- dijo con una voz llorosa

-¿Por qué? ¿Por qué una chica tan hermosa como tu pensaría en suicidarse?-  comente

-Mi vida es un desastre- musito la chica -¿Y tú?- me pregunto firme.

-¿Yo?- pregunte asombrado, ¿cómo ha de saber ella que pensaba en el suicidio?

-Te vi al otro extremo del puente y juro que tenías la  misma intención de suicidarte- afirmo la chica

-Si-dije - Asesine al amor de mi vida-  comente tratando de hallar la razón de porque esta chica quería perder la vida.

No sé por qué pero las ganas de suicidio se desvanecieron de mi mente, quería conocer a esta chica, salvarla y averiguar su gran parecido con Madison. -No quiero ser atrevido pero me gustaría saber cuál es tu razón para quitarte la vida- insistí

-Mi hermana se suicidó en mis narices- comento la mujer con su voz entre cortada y con sus ojos entristecidos.

Me sorprendí por su respuesta. Esperaba una razón menos significativa, esperaba algo como un rompimiento o que alguien arruino su vida, ¿Pero la muerte de una hermana? ¿En sus narices? No estaba preparado para una situación como esta. La mire fijamente con cara de compresión, y le bese la cabeza. "Lo siento" susurre, mientras acariciaba sus hombros.

-No dirás nada mas- dijo veraz con un tono fuerte.

-No tengo palabras de aliento- musite - No para una situación tan fuerte- concluí -Pero puedo regalarte mi compañía esta tarde- comente

-¿De que serviría eso?- pregunto la chica

-No te suicidarías- afirme

La chica sonrió, y me extendió su mano para que la ayudara a bajar de la baranda. Un leve "Gracias" escuche salir de sus labios, lo cual provoco una sonrisa en mí.

-¿Quieres ir a tomar un té?- pregunte afectuoso

-Eso es tan Británico- comento la chica con una risa divertida, que para mí fue encantadora.

- Eso te pasa por invadir mi territorio- dije travieso

-¿Disculpa?- pregunto con inocencia

-Eres una americana, y estás en Inglaterra... Donde los ingleses suelen vivir- dije con un tono irónico pero no mezquino. 

- Ahora comprendo- sonrió

Era tan hermosa, un poco obstinada pero inocente, no sé si era su gran parecido con Madison, o si era su forma de ser la que estaba creando aquellas cosquillas en mi estómago, las mismas que sentía al ver a Madison.

-Llegamos - dije dirigiendo mis pies hacia el pequeño pero pintoresco restaurante diseñado como un edificio antiguo de Londres.

-Que tierno es- dijo la chica cuando entraba detrás de mí.

Nos sentamos en una mesa para dos personas, y ordene té para los dos, y cuando la mesera se alejó decidí iniciar la típica conversación policiaca, ¿Cómo te llamas? ¿Qué edad tienes? etc.

-¿Cuéntame sobre ti?- pregunte al verla jugar con sus manos, ella me miro sonrojada.

-¿Qué quieres saber sobre mí?- respondió con una pregunta.

El Nuevo ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora