Ojos Noche •jjk x kth•

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"y me mostraba la luna"

En el bullicioso barrio de Hongdae, en el corazón de Seúl, se encontraba una pequeña cafetería con un ambiente acogedor y fragante aroma a café recién molido. En medio de los clientes que llegaban y se iban, un joven llamado TaeHyung trabajaba diligentemente detrás del mostrador, equilibrando las demandas de los estudios universitarios y su empleo a tiempo parcial. Con su piel morena, estatura alta y cuerpo delgado, TaeHyung no pasaba desapercibido.

Una soleada tarde, mientras preparaba un capuchino con una precisión casi artística, su mirada se posó en un cliente que acababa de entrar. Era un hombre de tez blanca, alto y con cuerpo fornido, con una elegancia innata en su porte. A medida que se acercaba al mostrador, TaeHyung podía sentir cómo su corazón latía más rápido y su pulso se aceleraba.

El cliente, tenía una presencia magnética que iluminaba la habitación. Vestía un traje impecablemente ajustado que realzaba su atractivo masculino. Sus ojos oscuros y penetrantes reflejaban una mezcla de inteligencia y curiosidad mientras estudiaba el menú con una sonrisa ligera en los labios.

TaeHyung se esforzó por mantener la calma mientras él se acercaba al mostrador. Alcanzó a captar un breve vistazo a sus manos, grandes y firmes, que denotaban una vida de trabajo duro. Su voz, al ordenar su café, era suave y melodiosa, dejando a TaeHyung cautivado.

Mientras preparaba el café del misterioso cliente, no podía apartar la mirada de su rostro, casi hipnotizado por su belleza y su elegancia natural. A medida que se acercaban los minutos, se encontró deseando que el tiempo se detuviera para poder seguir admirando al enigmático cliente.

Finalmente, con una taza humeante en la mano, TaeHyung extendió el café hacia él, sus manos temblaban ligeramente. Sus miradas se encontraron, y por un fugaz momento, el mundo pareció desvanecerse a su alrededor. Fue en ese instante cuando el de tez lechosa le esbozó una sonrisa amable, una sonrisa que le llegó directamente al corazón.

"Gracias, TaeHyung. Parece que eres un barista excepcional", dijo JungKook con una voz cálida y amigable.

TaeHyung, sorprendido de que él supiera su nombre, luchó por encontrar las palabras adecuadas para responder.

"De nada. Espero que disfrutes de tu café", respondió sintiendo cómo su voz temblaba ligeramente.

Con una sonrisa de agradecimiento, JungKook tomó la taza de café y se dirigió hacia una mesa cerca de la ventana. TaeHyung no pudo evitar seguirlo con la mirada, su corazón palpitando con la emoción de ese encuentro fortuito.

A lo largo de los días siguientes, se encontró esperando ansiosamente la llegada de aquel hombre a la cafetería. Cada encuentro, cada palabra compartida, solo servía para reforzar el sentimiento creciente dentro de él. El trabajo se volvió más que una simple rutina, se convirtió en una oportunidad de estar cerca de alguien que le había robado el corazón con su hermosura y su encanto.