poema

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Si yo te odiara, mi odio te daría
en las palabras, rotundo y seguro;
¡pero te amo y mi amor no se confía
a este hablar de los hombres tan oscuro!

Tú lo quisieras vuelto un alarido,
y viene de tan hondo que ha deshecho
su quemante raudal, desfallecido,
antes de la garganta, antes del pecho.

Estoy lo mismo que estanque colmado
y te parezco un surtidor inerte.
¡Todo por mi callar atribulado
que es más atroz que entrar en la muerte!

Anónimo.

Eso es un poema y lo robaste. Escribió

Volvió a hacer lo mismo de ayer, dejó la nota del anonimato ahí mismo con su parte escrita atrás. Desde ahora creyó que se comunicarían de esa manera.

deatWhere stories live. Discover now