me dijeron que estabas en el hospital, cuídate mucho porfavor, come aunque sea una pequeña sopa.
Anónimo.
L.
Tiro la nota por las rejillas de su casillero, para que cuando Jenn llegará la pudiera ver y dar a saber la preocupación del anonimato por su bienestar.
El anonimato se había enterado por un profesor que Jennie se encontraba hospitalizada por sus bajas defensas, no todos lo sabían, pero era la sospecha de muchos. Jennie era como el que hablar de la mayoría y eso la muchacha lo odiaba.
–Rosseane Park, ha dirección por favor.–El altavoz del salón sonó dando indicación a lo siguiente, un "uuh" se escucho de parte de los compañeros del salón. Rosé se levantó de su asiento y fue directo a dirección, sabía perfectamente lo que le dirían.
Toco dos veces la puerta de dirección y entró, allí se encontraba la directora y dos chicas más que para ella eran completas desconocidas.
Se sentó en la silla y se cruzo de piernas esperando algúna palabra de la directora.– Qué sucede. –Habló.
–Buenos días, señorita Rosseane, la cite ya que sus dos compañeras dicen que usted es la responsable de la situación de Jennie kim.
–Qué?–solo eso pudo salir de la boca, y miro a las dos chicas a su lado, no podía creer lo que escuchaba.–Debe de ser una broma lo que están diciendo, es mi mejor amiga, no comprendo.
Rosé estaba perpleja, la directora solo escuchaba cada palabra que salió de Rosé, mientras que las dos chicas temblaban por dentro.
–Sus dos compañeras de aquí encontraron esto.–la señorita le paso un papel arrugado que tenía escrito lo siguiente. "Jenn se que todo es culpa de tu amiga rosé, ella te llevo a esto, ella es mala."
–Esto es mentira. –dejo el papel sobre la mesa- Es imposible que yo sea la culpable, jennie tenía esos problemas desde hace mucho y apenas me vengo a enterar, todos hablaban que sufría de anorexia, pero siempre preferí creer en su palabra, ella solo me decía que no podía comer por su garganta que según le dolía para tragar. Jamás le haría algo así a mi mejor amiga, prefiero yo tener eso a que ella. Con permiso. –se levantó de la silla y se dispuso a irse sin mirar hacia atrás.
Rosé estaba enojada y melancólica, pero había una pregunta que invadía su mente.
¿Quién escribió esa nota?
