48. Skype

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A samhyj218 le gustaría añadirte en Skype, decía la notificación que acababa de saltar en la pantalla de Jeongin. Apenas unos segundos después de aceptar su solicitud, los cuales aprovechó para acomodarse en la silla, la notificación había cambiado a llamada entrante de Sam, y no dudó ni en segundo en darle aceptar.

—Hola, Jinnie—saludó, agitando la mano frente a la cámara.

—Hola, guapo —respondió Hyunjin, levantando una ceja y sonriendo coqueto—, ¿vienes aquí a menudo?

Jeongin no sabía qué responder, pero de todos modos no tuvo que hacerlo pues Hyunjin comenzó a reírse a los pocos segundos.

(Tal vez se reía de su expresión de sorpresa, él igual lo haría).

—Eres realmente súper tonto —se burló Jeongin, sonriendo tanto que sus ojos desaparecieron por un momento—. Hola, Jinnie, ¿qué te trae por aquí?

—Ah, bueno, la noche es joven y yo me aburro —le respondió Hyunjin, encogiéndose de hombros—. Me dijeron que podías conseguirme unas buenas curiosidades, ¿o tal vez preguntas que me vuelen el cerebro? —agregó, llevándose la mano a la barbilla en un gesto pensativo—. No sé, tú sabrás.

—Oh, sí, sí, viniste al lugar correcto —respondió Jeongin, siguiéndole el juego, para luego apoyar las manos entrelazadas en el escritorio—. Puedo ofrecerte las dos cosas, tú pídemelo y yo hago el resto.

—Sorpréndeme.

Jeongin sonrió automáticamente, levantándose de la silla para recuperar su teléfono, olvidado en la cama. Cuando regresó a su lugar, se encontró con la mirada de Hyunjin fija en él, tan intensa que el chico ni siquiera parpadeaba. A pesar de sentirse... curioso, ignoró sus dudas y le dedicó una sonrisita tímida ante la cual recibió una llena de ternura, entonces se puso a buscar entre las notas del celular algo que decir.

—Ahora mismo puedo ofrecerte algunos datos curiosos sobre los castores, o unas... cinco preguntas que se me ocurrieron hoy en natación —informó, manteniendo la vista en la pantalla del celular unos segundos más antes de volver a mirar a Hyunjin en la computadora—. ¿Cuál prefieres?

—Empecemos por los castores, ¿está bien?

—Está perfecto —aceptó, asintiendo con la cabeza, y luego se aclaró la garganta, levantando el dedo índice mientras comenzaba a leer—. Voy a leerlos de nuevo para darte datos exactos y luego te las digo, aguarda.

—Vale, vale. Tómate tu tiempo.

Hyunjin sonaba risueño, y no le costó mucho trabajo imaginar la sonrisa en su rostro mientras decía aquellas palabras; lo que sí le costó fue aguantarse las ganas de sonreír ante la imagen mental, pero hizo un esfuerzo por lograrlo. Luego de releer las curiosidades que había guardado para decirle más tarde a Hyunjin (porque por supuesto que juntaba las mejores para contárselas a su bufón favorito luego), dejó el teléfono a un lado y volvió a aclararse la garganta, tomando los lentes del cuello de su camiseta y colocándoselos rápidamente.

—Oh, Innie en modo profesional, ¿eh? —canturreó Hyunjin al otro lado, y él asintió con la cabeza a la vez que se acomodaba los anteojos al mejor estilo personaje de anime—. Me agrada. Ahora, ¡edúcame sobre los castores de una vez!

—Son muy parecidos a las nutrias en algunas cosas —comenzó, y sin darle tiempo de responder, continuó—. Los confunden a veces... y por eso leí sobre ellos, quería saber por qué.

—De acuerdo.

—Los dos, castores y nutrias, tienen unas cositas en las orejas y la nariz para protegerse al nadar —comenzó a explicar—. Una capita o algo así que se "cierra", así no les entra agua.

Sorry, Wrong Number! (HYUNIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora