Domingo

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Cansado, Hyunjin se dejó caer de rodillas mientras soltaba el aire en un jadeo. A pesar del frío que hacía afuera, él se moría de calor, incluso sudaba. Se secó las gotas de sudor de la frente, corriéndose un poco el cabello del rostro para evitar que se le pegara, y finalmente terminó de acostarse, todo piernas y brazos desparramados a los lados. Yeji se sentó a su lado con un poco más de cuidado y le ofreció una botella de agua, la cual rechazó nada más por pereza de volver a sentarse.

—Te estás oxidando, oppa—bromeó la menor, ganándose un bufido de su parte—. ¿En qué estás pensando?

—¿Huh?

—A no ser que de repente ya no bailes tan bien y por eso te confundiste tanto hoy —comenzó a decir Yeji, sonriéndole con sorna—, parece que estás distraído pensando en otra cosa.

—¿"Me confundí tanto hoy"? —repitió Hyunjin, levemente ofendido—. Calculé mal el espacio y te choqué unas veces, no exageres. La rutina es nueva para mí...

—Los Oppas tienen razón, qué lento eres —se mofó la menor, riéndose sin descaro, y se levantó del suelo para mirarlo desde arriba—. Estoy provocándote para que hables, pero no entiendes indirectas, sólo te enojas y te pones bruto...

—¿Para que hable de qué? ¿Qué indirectas? —preguntó él, frunciendo el ceño por la confusión.

Yeji no respondió de inmediato, sino que se alejó unos pasos de él, riendo, y comenzó a estirar. Hyunjin suspiró, incorporándose hasta quedar sentado en el suelo, y miró a su hermana a la espera de una explicación que no llegaba. Lo único que se escuchaba además de la música aún saliendo del parlante, era la llovizna suave golpeando contra la ventana y afuera en la calle. Habían pasado las últimas tres horas en el estudio, practicando una rutina que Yeji iba a presentar en un show de talentos de su escuela con su mejor amigo. Y para variar, Hyunjin tenía la mente volando a la noche anterior en su cuarto, lo cual le impidió concentrarse.

—¿Por qué estás evitando a Jeongin? —inquirió de repente Yeji, mirándolo de reojo, y lo regresó a la realidad—. Porque eso estás haciendo, ¿verdad?

—¿Por qué lo haría? —preguntó él en lugar de responder, ahora totalmente ofendido—. ¡No lo estoy evitando! ¿De dónde sacaste eso?

—Lo deduje cuando dijiste que vengamos los dos solos —murmuró la chica antes de volver a concentrarse en su elongación—. Lo confirmé viendo lo torpe y distraído que estuviste todo el tiempo...

—¿Está mal que quiera pasar tiempo contigo y ayudarte con tu rutina antes de que vuelvas a casa? —volvió a preguntar Hyunjin, levantándose para comenzar a estirar también—. No estoy evitando a Innie, él está pasando la tarde con su hermana... y cuando tomes el tren, iré a buscarlo de nuevo.

—Entonces no estás actuando raro hoy —concluyó Yeji, poco convencida—. No estabas siendo raro con él en el almuerzo, ni estabas distraído bailando, ni estás evitando a Jeongin desde que te levantaste...

—¿Desde cuándo eres tan metida, Ji? —preguntó entre dientes, forzando una sonrisa mientras sacudía el cabello de su hermana con la mano—. Lo que sea que quieras decir, hazlo sin enredarte tanto.

—¿Por qué me usaste de excusa para no pasar la tarde con Jeongin?—soltó entonces la chica, sin anestesia—. Pensé que él te gustaba.

La sonrisa en el rostro de Hyunjin se disolvió en un parpadeo, reemplazada por una expresión a medio camino entre la sorpresa y un poco de vergüenza, acto seguido se alejó de Yeji tan rápido como si su piel quemara. Por un momento dudó si responderle con honestidad, porque Yeji evidentemente sabía más de lo que él creía y parecía estar bien con eso, pero eso no hacía que hablarlo fuera más fácil, ni que fuera menos vergonzoso. Sin embargo, al ver la mirada curiosa en los amorosos ojos de su hermanita, suspiró con pesadez y se volteó a mirar a la chica, armándose de valor.

Sorry, Wrong Number! (HYUNIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora