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Corría por mi vida, ocultando mi cuerpo entre coches y callejones. La noche estaba oscura, apenas podía ver gracias a las farolas encendidas intermitentemente. Ese tintineo me ponía aún más nervioso, la sangre se me estaba subiendo a la cabeza. Cada vez que daba un paso, mi cuerpo me recordaba que estaba llegando a sus límites, pero no podía permitir que me cogieran esos mendrugos. A saber qué querían de mí... La última vez me dejaron las cosas bastante claras.
Vi una alcantarilla por la que podía meterme. Lo hice sin pensarlo dos veces. <<Prefiero estar de mierda hasta el cuello a que me pillen.>> Jamas pensé que la gente con la que me crié fueran a ser tan capullos conmigo.<< Aun así no puedo permitírselo.>> No voy a pasar más noches encerrado en un cuarto sin ventanas y sólo una puerta que al cerrarse me causa escalofríos. Es un lugar demasiado frío y tétrico.
Saque de mi mochila dos bolas de Esplickcer ( Pequeñas bolas con un brillo tenue azul, cuya función es emitir pequeños campos electromagnéticos en superficies conductoras.) y las coloque en la alcantarilla, eso los entretendría un rato. Las tomé prestadas antes de salir del refugio. Baje por las escaleras de la alcantarilla hasta llegar al fondo y sumergir mi torso en las apestosas aguas. Comencé a andar con precaución y dificultad; la corriente del agua era demasiado fuerte. No veía nada, pero no me detuve. Me guíe palpando la pared.
Conseguí salir a la superficie pasada la cuarta alcantarilla. Parece que me habían perdido el rastro, gracias a la Diosa. Busque un sitio donde poder parar a descansar un poco; sentía que los pulmones se me iban van a salir. Esta gente cuando quieren pueden llegar a ser muy insistentes, no me podía detener mucho tiempo. Además, ellos también tienen sus trucos para dar conmigo... <<Hay varios sitios donde puedo ocultarme sin ser descubierto por el cruce de lineas Ley>>; éstas líneas podían opacar mi energía, ya que la suya es más potente, a su vez también fortalece nuestros poderes. Me puse en marcha, iba en dirección a un antiguo megalito que adorna el parque central de la ciudad. Tenia la suficiente energía para ocultarme.
Una vez allí me sentí más tranquilo. Me apoye en la roca fría del monumento... de hecho parecía estar mojada. Mientras sentía la humedad del musgo en mis piernas me llega el recuerdo de mi madre bañándome en el mismo río en el que yo me encontraba admirándolo. Pero esta vez ella no estaba. Ella siempre sabia lo que hacer y decir en cada momento, y allí me encontraba ensimismado sin saber lo que hacer.
De ella proviene mi linaje mágico y mi rebeldía. Ella siempre fue fervientemente creyente de sus ideas y de su ética, creía en la justicia; la misma justicia que me alejó de ella.
Ya hacen 13 años de nuestra despedida. En nuestra comunidad, llevarle la contraria a la Suma Sacerdotisa es penado con el destierro o la muerte, y su destino fue el exilio. Ni si quiera tuve la oportunidad de despedirme de ella. Todo fue causado por mi padre, al cual, por suerte o por desgracia, jamás conocí. Lo poco que puedo llegar a saber de él son historias que cuentan de vez en cuando las abuelas del clan. La única posesión suya que tengo es su antiguo anillo de boda con el cual se enlazó a mi madre.
Salí de mi trance por la vibración del teléfono. Tenia cuatro notificaciones del grupo que tenemos Kira, Ava y yo -Kira: Se puede saber dónde te has metido? 23:06 -Kira: Ha salido bien? 23:06 -Ava: Contesta!! Te esperamos en la guarida 23:09 -Kira: Date prisa ! Por favor... 23:40 -Yo: Ya voy de camino :23:42 Salgo corriendo, no puedo perder más tiempo. Me resulta un tanto extraño el último mensaje de Kira, ella jamás ruega. Tengo que darme más prisa.
Estaba apenas a tres calles del refugio. Entre en un callejón estrecho, tan estrecho que casi tuve que cruzarlo de lado. Subí por la primera escalera de incendios que encuentre, y al subir el último escalón me percate de que estaba en la segunda planta de un edificio abandonado. Me pare a observar y me di cuenta de que este sitio lleva mucho tiempo sin ser pisado . La naturaleza había prácticamente consumido todo su interior. Decidí recorrer los pasillos y salas, hasta llegar al edificio que estoy buscado. Fui directo al refugio lo cual pude hacer rápido ya que me sé este sitio como la palma de mi mano. Baje las escaleras con el mismo cuidado de siempre y temiendo que esta vez se rompan, pero no lo hacen. Me introduje por una grieta en la pared lo suficientemente grande como para que pueda pasar, es la única forma de poder llegar a la puerta de nuestra guarida. Llame muy insistentemente.
—¡Chicas! ¿Estáis bien?—Grite preocupado. —Pasa. ¡RÁPIDO!— Exclamó Ava. Forceje con la puerta y logre abrirla.
Kira estaba tirada en el suelo con Ava acostada en sus brazos. Ellas estaban cerca de una estantería que pedía de un hilo, una de tantísimas. Estaba todo lleno de plantas que cuelgan del techo para diferentes utilidades, botes, tarros, restos de libros, líquidos derramados por el suelo, cristales rotos... parecía que hubiese pasado un tornado por aquí. —¿Qué demonios ha pasado aquí?— Me quede paralizado durante unos segundos, pero en cuanto me di cuenta de lo que estaba pasando, fui corriendo hacia Kira y Ava, al acercarme vi una mueca de dolor en Ava. Al instante me fije en su hombro, estaba gravemente quemado.La superficie de la piel de su hombro estaba totalmente chamuscada, la herida estaba empezando a supurar líquidos."No tenia buena pinta"
– Nos han pillado de improvisto, casi no nos dio tiempo a reaccionar.
–Tendrías que haberles visto huir despues de usar la capsula Wlven—Dijo Ava mientras su cara se contraía del dolor y esfuerzo al hablar. (Las cápsulas Wlven son unos pequeños artilugios mágicos que permiten a su dueño inmovilizar a su enemigo lanzando pequeñas ráfagas de energía.) -¿Fueron los del clan?—Dije llevándome las manos a la cabeza.— no me creo que ellos hicieran esto... —Arid, desde luego que los del clan no han sido, jamas nos dañarían antes de el juicio por mucho que hiciésemos. —En eso tienes razón...¿Pero entonces quienes?.