Aún no podía creer como el adulto había aceptado sin problema alguno el ir al hogar de su; "Cliente Número Uno".
"Lo que uno hace por dinero", fue lo que su mente dijo sin gracia, casi como si estuviera ofendida de alguna u otra forma.
El adulto se encontraba en camino hacia la casa de un cliente con el propósito de ofrecerle su mercancía.
Todos sabemos a la perfección a que se refiere.
Creo que no hay que ser un genio para saberlo.
Mientras caminaba, su rostro reflejaba seriedad y concentración, consciente de la importancia de la reunión que se avecinaba.
¿Por qué poronga aceptaste esto?. Nuevamente la voz de su cabeza le cuestionó y bufó porque tenía razón.
No tenía de que quejarse.
No fueron casi cuarenta minutos de caminata hasta llegar al hogar del señor. ¿Repito que aún sigue sin saber por qué mierda aceptó?...
Al llegar a la casa, el híbrido soltó un agotado suspiro se acercó a la puerta principal.
Apoyándose en la primera pared que yacía en su camino, y así recuperar su respiración y calmarse al menos un poco.
Quién sabe cuanto tiempo estuvo así, tampoco era tan relevante.
Una vez que pudo recuperarse por completo,
con tranquilidad y el mismo rostro serio de siempre, tocó el timbre y esperó unos segundos que se le hicieron eternos.Hasta que finalmente el sonido de la puerta siendo tímidamente movida se hizo presente.
──Al fin m-...─Pausó al percatarse que no era el señor canoso de ojos celestes, cosa que hizo que internamente maldiciera, porque de verdad quería insultarlo.
Lo único que se encontró era un joven de hebras castañas, con un color ojos como si fueran dos rubíes.
──¿Y vos quién sos?─Preguntó desconcertado y con un tono de voz demostrando seriedad. Observando y analizando detenidamente el físico del adolescente.
Sin embargo no se imutó a responder en lo absoluto, solo rodó sus ojoa y se movió para poder recibir al pelinegro con "amabilidad y cortesía", invitándolo a entrar al living mientras esperaban la llegada de su padre.
No se quejaba, supongo.
Se adentró en la lujosa casa, para luego acomodarse en un sofá negro del salón, observando su entorno con interés mientras esperaba.
Y lo primero que le llamó la atención fue el "enorme" cuadro familiar que tenían colgado en el living.
Que putamente incomodo, imagínate tener que hablar y tener a una familia mirándote.
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𝐁𝐑𝐈𝐍𝐃𝐄𝐑Ò 𝐒𝐎𝐏𝐑𝐀 𝐂𝐎𝐋 𝐕𝐈𝐍𝐎. | spruan
FanfictionDetrás de su perfil sin un nombre, mirando a todos desde la lejanía en completa soledad. Parecía que su pesadilla acabaría, jamás pensó que caminando por la vereda acompañada por la luz borgoña de las lamparas de aquella calle, esa mirada fue lo últ...