Dicen que no podemos.
Dicen.
Dicen que no debemos.
Dicen.
Dicen que estamos locos.
Y tal vez sea cierto.
Pero yo no me alimento de lo que piensan los demás.
Yo me alimento de su envidia de libertad.
Me alimento de mirarles a los ojosa todos en fila y decirles:
Os equivocáis.
Me alimento de la adrenalina de romper las normas.
De hacer las cosas de distinta forma.
Dicen que existe Dios.
Yo digo que mi único dios soy yo mismo.
Dicen que el físico importa.
Y yo digo que lo que importa es el interior, que una imagen bonita y un cerebro hueco
es como rellenar un pavo con plastilina.
Dicen que hay que seguir lo que ellos dicen.
Dicen que no abras la boca.
Dicen que guardes silencio.
Yo digo que te hagas oír.
Dicen que los finales felices solo existen en cuentos de hadas.
Yo digo que nuestro final será el más feliz porque estaremos todos juntos.
Dicen que los escuches.
Yo digo que solo te escuches a ti mismo.
Dicen que llorar no es de hombres.
Yo digo que los hombres también lloramos.
Dicen que las mujeres son inferiores.
Yo digo que las mujeres son las más fuertes.
Dicen que la felicidad no existe.
Y ellos lo dicen porque no la han catado. Solo se preocupan de mantenernos alejados de nuestros propios pensamientos.
Yo digo que hay que cultivar el alma para ser feliz.
Yo solo te digo que seas feliz.
Yo solo te digo que luches para que algún día se te haga oír.
Que luches para algún día, conseguir tu fin.
Digan lo que digan, solo hazte caso a ti mismo.
Porque si les haces caso,
serás como el resto. Un sumiso.
