Ayer soñé con sus ojos,
sus lindos ojos.
Aquellos que mis sueños iluminaban,
aquellos que en la fría y oscura soledad me guiaban.
Y mientras la miraba,
los pajaritos, alegres cantaban.
Yo la contemplaba y el tiempo,
no pasaba. El reloj se detuvo.
Y al mirarla comprendí
que en ella encontré el sentido que mi vida nunca tuvo.
Al lado uno del otro,
no encontrábamos en este mundo
nuestro sitio.
Le doy gracias a tus ojos
por este sueño tan bonito.