— Yeon Jun. — intentó llamar su atención. — Hey, Yeon Junnie — balbuceó bajito, sorprendido al sentir un cálido beso en su cuello. — B-basta — tiró el lápiz a la mesa e intentó dar media vuelta aún sentado, intentando ver al alfa. —, se supone que estamos aquí para que estudiemos las prácticas de Química.
El peligris sonrió ladino, halándolo para que se levantara y lo abrazó por la cintura. — Lo siento pero es que — soltó un hondo suspiro cuando su nariz acarició la poca piel expuesta que yacía debido a la gran polera del omega. —, hueles delicioso, muy dulce.
Soo Bin abrió sus ojitos con desmesura, poniendo sus largas manos en el pecho del alfa mientras los besos recorrían su cuello.
— Yeon Jun. — repitió, su respiración empezó a entre cortarse, el calor en sus mejillas se expandía y le daban un efusivo color a su pálido rostro. — Tu papá está abajo.
Y bueno, como si fuera por arte de magia. El alfa reprimió un gruñido frustrado y se alejó perezosamente del cuerpo ajeno. Soo Bin sonrió al ser consciente de los lamentos silenciosos de Yeon Jun, tal cual cachorro queriendo hacer berrinche.
Habían pasado casi dos meses y medio desde que el omega le había hecho aquella propuesta y, a decir verdad, lo estaban llevando demasiado bien.
Claro que a veces el peligris era extremadamente meloso y demostrativo con Soo Bin, siempre intentaba llenarlo de muchos mimos y ciertos obsequios pequeños, ocasionando una gran sonrisa de gomita en el omega. Era algo que conformaba parte del alfa y él estaba gustoso de recibir todo su afecto.
— Si vas a interrumpirme, entonces lo mejor será que bajemos a ayudar en algo.
— P-pero.
— Ningún pero valdrá, vamos. — le aclaró, abriendo la puerta y dejando que el alfa saliera primero de la habitación.
— No es justo, tú quieres pasar más tiempo con mi padre que conmigo. — se cruzó de brazos mientras iban caminando por el pasillo. El omega soltó un jadeo entre sorprendido e indignado.
— No puedo creer que seas tan dramático, eso no es verdad.
— ¿Me estás diciendo mentiroso?
— ¿En serio estás celoso? — replicó, poniéndose delante de Yeon Jun y sonriendo de lado.
— No, por supuesto que no lo estoy. — habló rápidamente, esquivando la mirada del bonito omega.
— Entonces, sí eres un mentiroso. — alzó una de sus delineadas cejas. — Te estás rascando la nuca, siempre haces eso cuando estás mintiendo.
El alfa detuvo el movimiento de su mano, bajándola al instante y entre jugando con sus propios dedos. Una vez más, Soo Bin lo dejaba sin ningún argumento válido.
— A veces eres tan infantil. — sonrió, dejándose abrazar.
— ¿Pero así me quieres?
El corazón del omega podía derretirse ante la actitud tan dulce. — Sí, bobo, así te quiero.
— Estoy mucho mejor, ya podemos irnos. — avisó, separándose levemente y tomando la nívea mano de Soo Bin para dirigirse a la cocina.
La pareja saludó nuevamente al omega mayor y mientras Yeon Jun se encargaba de alistar los cubiertos en la mesa de la sala principal, Soo Bin se ofreció a ayudar en la preparación de la comida.
El ambiente era cálido y cómodo mientras Bum June le contaba ciertas anécdotas de cuando Yeon Jun era un curioso cachorro haciendo travesuras por doquier. Las risas del omega más joven resonaban una y otra vez, llamando la atención del alfa.
ESTÁS LEYENDO
EL PRINCIPE Y EL PLEBEYO - YEONBIN
Fanfic❝Y pues así, eran tan solo el príncipe y el plebeyo.❞ Yeon Jun era el alfa más codiciado de la universidad. Soo Bin uno de los omegas, que al igual que los demás, suspiraban por él, deseando poder llamar su atención. Será una conexión especial la qu...