DETOXIFY ---> 2Yeon || Libro II

No quiero bailar, me quiero ir.

El sonido de la música invadía su entorno, el calor de la multitud se acumulaba y ella solo trataba de concertarse en la porrista que tenía enfrente.

No eran ni siquiera las dos de la mañana y Jeongyeon tenía una urgencia de irse hacia su departamento, de verdad que la fiesta no había sido como ella hubiera imaginado.

Chaeyoung se había perdido desde que pusieron un pie en el lugar, tal vez estaría compartiendo y utilizando su polvo mágico, o podría estar inclusive en los baños con algún encuentro.

— ¿No te estás divirtiendo?— Le dijo,  mientras tocaba su cara.

Jeongyeon no era de las que les desagradara el contacto físico, de hecho, le encantaba, pero había algo en esa chica que hacía que todo movimiento cruzará la línea de lo desagradable.

No era en el sentido vulgar, eso le daba igual, simplemente su toque no se sentía bien.

— Claro que sí.— La verdad era que estaba mintiendo.

Se alejo del cuerpo de la rubia de cabello largo que tenía enfrente, dejado de tener ese contacto tan soso contra su pelvis, simplemente no tenía nada de espectacular.

— ¿Has visto a Chaeyoung? Creo que necesito buscarla.

— ¿Por qué? Nos estamos divirtiendo.

Jeongyeon no se estaba divirtiendo, quería irse y no volverse a cruzar con ella en todo lo que quedaba en la noche.

Tan solo si hubiera aceptado los encuentros de Nayeon sin cambios, todo sería diferente.

¿Nayeon? ¿Qué tenía que ver ahora?

— Es una perra.

— ¿Disculpa?— La chica de cabello largo se giró con el ceño fruncido en señal que se había ofendido.

— No, nada, no me refiero a ti. Solo... Olvídalo.— La tomo por los hombros alejándola lo máximo posible.— Necesito irme.

— Pero...

— No, me voy.— Le dijo cuando se iba alejando.— Además, no te mueves bien.

Se fue de dónde estaba, ignorando por completo el grito de la chica que apenas se escuchó, necesitaba encontrar a una de sus amigas.

Habían terminado las dos semanas, y Jeongyeon no se había vuelto a encontrar con Nayeon después de lo ocurrido en el salón, fue un gran enigma cuando la castaña no contesto sus mensajes, parecía como si el viento se la hubiera llevado.

Sin embargo, todos esos días tenían aquellas escenas donde estaba encima del escritorio con Nayeon entre sus piernas.

Ese toque, esa sensación y ese frenesí que revelo la castaña contra ella fue simplemente una de las cosas más gustosas que había experimentado, a todo eso le daba un extra el hecho de que no habían ingerido nada y todo se sentía más nítido.

Simplemente era deseo puro y natural de Nayeon hacia ella.

Una faceta que a Jeongyeon le encantaba de Nayeon.

Encontró a Chaeyoung en el sillón de la sala, junto con Sana, Jihyo, Seulgi y Somi, mientras todas jugaban cartas con botella y se pasaban un cigarro.

Y si se lo preguntarán, no era una buena combinación.

— Miren quién apareció.— Hablo de primera Jihyo.— ¿Dónde mierda estabas?

— Déjala en paz.— Le siguió Seulgi.— Estaba buscando el acostón de hoy

— ¿Con la rubia de allá?— Señaló Somi, haciendo cara de desagrado cuando confirmo quien era.— Que... Insípida.