Capítulo 7

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Gritos. Era lo único que se escuchaba desde bastidores; ya había comenzado el concierto, yo debía quedarme fuera del espectáculo. Una pena. Una pena no poder deleitar la cara de seducción fantasmal de Tom. No sabía que me gustaba de él; siempre vestía ropa tres o cuatro tallas más grandes, siempre llevaba su pelo en rastas recogidas en una coleta cutre. Pero sentía, y siento que me tiene atada de pies y manos, mis ojos son incapaces de alejarse de él cuando toca su solo, mientras los focos le apuntan y el agua que cae le hace ver cómo... como...algo tan perfecto. Indescriptible. Enseguida noto que Tom gira su cabeza lentamente para observarme. Estaba de pie, cerca de la entrada del escenario. A simple vista solo se veía discretamente mi rostro pálido espiando a ese guitarrista. Me sonríe. Estoy a punto de desmayarme, mi temperatura corporal aumenta rápidamente.

                          ★ ★ ★ ★ ★

Bill tenía su pelo despeinado, con sus ojos maquillados exageradamente. Le quedaba bien. Pude sentir un escalofrío que hizo que mi piel se erizara. Era Tom. No paraba de intentar captar mi atención, dándome pequeños golpes es la pierna. Estábamos en el bufete nocturno del hotel; no había nadie en la sala, solo el grupo y yo.

—Y...¿Qué te ha parecido nuestro concierto?— Bill tenía un tono de voz de puro agotamiento. Suspiraba cada tanto, estaba nervioso pero impaciente.

—Me ha encantado — fue lo único que me atreví a decir. Sentía como una mano acariciaba mi muslo derecho, estaba fría pero muy suave. —He hablado con recepción, he pagado una habitación.

—No tenías porque— él movió sus labios, de esa manera en la que sabes que seguirá hablando.—Cualquier cosa dímelo.

Solo asentí. Dejamos todo y Bill, Gustav y Georg subieron en un ascensor, el máximo era de tres personas por ascensor.

—Noté como me mirabas— cuando Tom dijo eso me quedé de piedra, sentía como mis mejillas se estaban ruborizando poco a poco.

—Yo...—no pude terminar.

—No lo niegues— él sostuvo mi rostro con su mano izquierda—Sé que te gusto—. Con la derecha agarró mi cintura decididamente. Nuestros labios se besaban. Podía sentir perfectamente sentir su piercing acariciandome , además de sus manos torpes en mi cintura que iban bajando poco a poco.

Me miró fijamente a los ojos al separar nuestros rostros.

—Hazel, me gustas demasiado—no sabía cómo reaccionar, solo podía notar que mis rodillas temblaban y a Tom delante mío.—Nunca una mujer me había vuelto loco como tú.

—¿Enserio?—sonreí discretamente.

El ascensor paró en el quinto piso. Agarré mis llaves y comencé a dirigirme a mi cuarto ( n°516) .

—Hasta mañana Tom— fue lo único que le dije antes de seguir mi camino.

<<Hasta mañana linda>>

Fue lo único que escuche antes de cerrar la puerta de mi cuarto. Dejé mis cosas en la maleta, solo desempaque un camisón corto, color blanco con lunares azules marino. Agarré mi paquete de cigarrillos y él mechero a continuación. Fumar era lo único que me quitaba la ansiedad, además que no subía de peso. Apagué el cigarrillo frotándolo en el centro del cenicero y fui a dormir.

★★ ★ ★ ★

Cuando desperté tenía la boca muy seca. Me lavé los dientes ya vestida con unos pantalones vaqueros un poco holgados y un top ajustado color rojo.

—Bonita camiseta— Tom no paraba de abrazarme por la espalda desde media mañana. Me sentía bien, segura...

—¿Hoy vas a estar ocupado?— agarre un mechón de su cabello y comencé a jugar con el suavemente.

—Pues...tengo la mañana libre

—Era por si querías dar un paseo, tal vez tomar un helado...

—E-Está bien— por si tono de voz sabía que estaba nervioso. Nunca le había visto así, resultaba algo adorable.—Debo irme.

En cuanto Tom subió en el ascensor, Gustav me dio un pequeño golpe en el pie para captar mi atención.

—¿Me vas a contar lo que pasó ayer?—me dijo, el señaló con la mirada el ascensor en el que había subido Tom.

—Nada en especial...—reí discretamente mientras tomaba con la pajita mi batido.

El me miró con una cara que claramente me decía:

<<No te creo, ayer pasó algo entre tu y Tom ¿verdad?>>

—Tal vez...—al decir eso no pude evitar volver a reírme y se lo conté todo.

—Y todo esto paso...¿Ayer?

Asentí con la cabeza,ya que tenía la boca llena de comida.

—¡Aaaaaaaah!Por eso se escuchaba eso...

—¿El qué?

—Nada nada— Gustav me dio una sonrisa.

                       ★ ★ ★ ★ ★

Comencé a enrollar bien el papel aluminio en mis mechones de cabello. Ese día iba a intentar hacerme mechas rojas yo sola, lo cuál no se me complicó. Una parte de la pintura roja se cayó al suelo cerca del espacio entre la puerta y el suelo.

Al rato de estar un rato más con música a todo volumen esperando a enjuagar mi cabello de repente comencé a escuchar golpes en la puerta muy fuertes. Paré la música de inmediato. Salí del baño y pregunté:

—¿Quién es?— estaba muy tensa.

—Yo, Tom. Dentro de unas horas es el próximo concierto ¿Estás lista?

Abrí la puerta aún estando con el pelo enroscado en aluminio. Me observó por unos minutos y se echó a reír.

—¿Que llevas puesto?

—Me estaba haciendo mechas.

Tom solo paso y cerró la puerta.

—¿Te importa si me quedo un rato aquí?

—No, está bien.

Fui otra vez al baño para enjuagar con agua fría mi cabeza. La enrosque en una toalla morada y salí. Cuando ví a Tom jugando en su teléfono parecía un niño pequeño, algo adorable he de admitirlo. Comencé a secar mi cabello y retiré la toalla.

—¿Qué tal me ha quedado?— estaba un poco indecisa, era la primera vez que me pintaba en pelo. Había mirado en una revista como hacerlo.

Él se quedó callado unos segundos mientras inspeccionaba mi cabello.

—Te ha quedado bien— dijo finalmente.

—Oye Tom...

—Dime.

—¿Por qué te fuiste esta mañana del comedor? ¿Estabas nervioso?— pregunté  con tono insinuante, mientras iba acercándome lentamente a él.

Enseguida note que se había ruborizado.

BEING WITH YOU | Tokio hotel fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora